En el discurso de investidura como presidente del Gobierno, pronunciado el pasado 19 de diciembre en el Congreso, Mariano Rajoy aseguró que haría "bandera" para "decir siempre la verdad, aunque duela. Decir la verdad sin adornos ni excusas, llamar al pan, pan y al vino, vino". Seis meses después, no parece que los ciudadanos estén de acuerdo con que se haya cumplido aquel compromiso. Según El Barómetro de España elaborado por Gesop, casi ocho de cada 10 entrevistados (el 77,2%) consideran que ni el jefe del Ejecutivo ni sus ministros dicen la verdad cuando hablan de la crisis.

Cataluña es la autonomía donde hay más ciudadanos que piensan que el presidente no es transparente a la hora de explicar el terremoto económico y sus consecuencias. Casi nueve de cada 10 encuestados (el 89,5%) de esta comunidad desconfían de la palabra del Gobierno. Muchos más, por ejemplo, que en Castilla-La Mancha y Castilla y León, donde solo el 71,4% opina que el Ejecutivo central no da toda la información.

Ni siquiera entre los votantes del PP obtiene el Ejecutivo de Rajoy grandes apoyos en lo que a esta pregunta se refiere. Es cierto que el 46% de los españoles que votaron a los populares en los anteriores comicios defienden que el Gobierno dice la verdad, pero es que el 45,3% se decantan por lo contrario y el resto opta por un "no sabe, no contesta". Entre los simpatizantes del PSOE, el 93,5% no se cree al presidente ni a sus ministros.

Tampoco le son muy favorables al Gabinete las opiniones en torno a sus medidas para combatir la crisis. Ni la reforma laboral, ni los cambios fiscales, ni los recortes en sanidad y educación... ni tan solo el plan de pago a proveedores han frenado la tendencia a la baja. Porque si en febrero el 46,9% de los españoles suspendían la actuación del Ejecutivo, cuatro meses después la cifra ha aumentado al 56,1%. Unicamente el 36,1% dan el aprobado, que asciende al 76,8% en el caso específico de los votantes del PP (no obstante, este porcentaje alcanzaba el 89% en febrero). A tenor de estas percepciones, no es de extrañar que el 69% de los entrevistados opinen que Rajoy no tiene una estrategia clara para salir de la crisis.