La legalización de Sortu pone fin a la batalla de la izquierda aberzale contra los tribunales, que han cerrado el paso a decenas de siglas en los últimos años. La organización más longeva ha sido Herri Batasuna, nacida en 1978, que se integró 20 años después en la plataforma electoral Euskal Herritarrok y se refundó como Batasuna en el 2001.

La disolución de Batasuna en el 2003, por decisión del Tribunal Supremo, dio paso a AuB, (Autodeterminaziorako Bilgunea), cuyas listas fueron también anuladas. Posteriores intentos corrieron idéntica suerte: Herritarren Zerrenda no pudo participar en las elecciones al Parlamento Europeo en el 2004 y un año después las listas de Aukera Guztiak fueron anuladas. Sus miembros optaron por pedir el voto para el Partido Comunista de las Tierras Vascas, creado en el 2002 y reactivado para la ocasión. Sus nueve escaños en la Cámara de Vitoria marcaron un éxito que ya no se repetiría.

En los comicios locales del 2007 hubo otros dos intentos en paralelo, Abertzale Sozialisten Batasuna y Abertzale Sozialistak, que no prosperaron. Más suerte tuvo ANV, un partido fundado en 1930 que seguía funcionando sin problemas legales; pese a la anulación de 133 candidaturas,