Las fuerzas de seguridad sitúan en el sur de Francia, concretamente en torno a la localidad de Hendaya, a Elena Bárcena Argüelles y Javier Pérez Lecue, dos de los tres 'etarras balseros' que han logrado regresar de Sudamérica y que ya no tendrían causas pendientes con la Justicia española o francesa, según han informado a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.

A principios del pasado mes de agosto estos dos terroristas junto al también etarra José Echarte Urbieta protagonizaron una rocambolesca huida de Cuba a bordo de un velero que dirigía un ciudadano haitiano. Huyeron de la isla tras criticar a sus autoridades públicamente mediante una carta y calificar el país como "una cárcel".

Tras hacer escala en Haití, trataron de alcanzar la costa venezolana, pero su plan se frustró al encallar la embarcación en la isla turística venezolana de Los Roques a pocos kilómetros del continente tras tres semanas de travesía.

Allí fueron retenidos durante varios días y pese a que llegaron a pedir asilo político al Gobierno de Hugo Chávez, la cancillería venezolana se lo denegó por lo que fueron devueltos en avión a Cuba, donde al menos Bárcena Argüelles y su compañero sentimental Pérez Lecue han permanecido hasta conseguir que la embajada española en La Habana les concediese el pasaporte español al no tener ya ninguna causa pendiente con la Justicia, según las fuentes consultadas.

Distinta es la situación de Echarte Urbieta, a quien estas mismas fuentes aún sitúan en Cuba. Este terrorista sí está reclamado por la Justicia española en el marco de la investigación abierta sobre las relaciones entre ETA y la FARC en territorio venezolano.

Un mes después de su intento de fuga, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco solicitó a Cuba la entrega de Echarte Urbieta y reiteró la orden de busca y captura internacional que ya había dictado en marzo de 2010 tras procesarle por su relación con la causa investigada.

El caso de Bárcena Argüelles y Pérez Lecue no es el único registrado en los últimos meses. Ya el pasado mes de diciembre, las autoridades francesas detectaron la llegada a su territorio de un grupo de al menos diez etarras que en los últimos meses han dado el paso de abandonar Sudamérica y emprender el camino de vuelta.

Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Europa Press investigan las razones de estos movimientos, que se han producido en las semanas anteriores y posteriores al comunicado en el que ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada el pasado 20 de octubre.

Asesorar a la banda

Según sus primeros análisis, este grupo de recién llegados tendrían la intención de poner fin a su etapa americana e instalarse en Francia, más cerca de sus lugares de origen. Hay muchos casos de etarras que huyeron o fueron deportados hace años a países de Sudamérica y México que ya no tienen cuentas pendientes con la Justicia porque sus delitos han prescrito. Algunos podrían haber visto en la nueva situación una oportunidad para regresar.

De este modo, las fuentes consultadas no ven factible que estas llegadas tengan por objeto integrar alguna estructura de la banda, si bien, no descartan que algunos de los llegados en los últimos meses pueda haber asesorado a la actual cúpula de ETA en la toma de decisiones de calado para el futuro de la banda terrorista.

Precisamente, la situación abierta tras el comunicado de ETA ha situado en el centro del debate a los presos de la banda, pero también a los terroristas huidos y deportados, dos de las principales reivindicaciones de la izquierda abertzale y ETA.