El Ministerio de Justicia cierra estos días los flecos para acometer una ambiciosa reforma de la Audiencia Nacional. La obra comenzará en septiembre, está previsto que dure dos años y cuenta con un presupuesto inicial de casi 14 millones de euros. El presidente de este órgano, Angel Juanes, se ha empleado a fondo en este proyecto. La mayoría de los jueces apoyan la costosa obra porque el edificio "ya no da más de sí", pero hay funcionarios que se preguntan si solo servirá para dar "cobijo confortable a unos magistrados".

Cuando Juanes llegó a la Audiencia, en el 2009, se puso como meta la reforma del edificio, un bloque con 32 años de existencia. La inspección de trabajo encendió las alarmas en marzo del año pasado al ordenar el cierre de la sede por no reunir las mínimas condiciones de higiene y seguridad. Unos parches le han permitido prolongar hasta la fecha su actividad.

El Ministerio de Justicia, entonces dirigido por Francisco Caamaño, publicó el pasado octubre en el BOE el contrato de rehabilitación de la Audiencia. La obra fue adjudicada a Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) por 13.949.669,39 euros. El proyecto se aplazó tras la llegada de Alberto Ruiz-Gallardón al ministerio, aunque verá la luz en las mismas condiciones.

DOS PROYECTOS El pasado 17 de mayo, el subsecretario de Estado de Justicia, Juan Bravo, recibió al presidente de la Audiencia Nacional; al presidente de la sala penal, Fernando Grande-Marlaska; a los presidentes de las cuatro secciones de lo penal; al juez decano, Santiago Pedraz, y al secretario de Gobierno de la Audiencia, Luis Martín Contreras. En el encuentro, se presentaron dos proyectos, pero uno de ellos fue rechazado porque no resolvía los problemas de espacio. El actual edificio linda con las sedes del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial.