Solo 48 horas antes de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, reciba en Madrid a su homólogo francés, Manuel Valls, la policía detuvo ayer por la tarde en la localidad francesa de Cauna, en la región de Aquitania, a dos presuntos miembros de ETA, Oroitz Gurruchaga Gogorza y Javier Aramburu Sagarminaga. Según el ministerio, Gurruchaga, forjado en la kale borroka y huido a Francia desde el 2008, ostentaba la jefatura del aparato militar, y Aramburu, su lugarteniente, se encargaba de la captación de nuevos miembros. La detención se produjo con información de la comisaría general de información del Cuerpo Nacional de Policía. Eran las 15.30 horas y los terroristas circulaban en un vehículo robado, con matrícula falsa, y armados con una pistola y un revólver. No opusieron resistencia.

¿Qué significa ser jefe del aparato militar de una ETA con poco más de una veintena de pistoleros en Francia y sin ningún comando operativo? Significa muy poco en la actual estructura de una organización moribunda y en la que el antiguo organigrama de los aparatos político, militar y logístico ha quedado reducido a un esquema mucho más simple de mera supervivencia en Francia, según fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por este diario.

BUSCANDO UNA SALIDA Otra cosa es que Interior atribuya a Aramburu labores de captación de nuevos miembros. ¿Está ETA realizando labores de captación? Según Interior, "lo intenta". El secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, ya dijo en una reciente entrevista concedida a Europa Press que ETA seguía intentando captar nuevos militantes. Teoría que respaldó el último informe de Europol, pero que se contradice con otras fuentes de la lucha antiterrorista, más operativas, que insisten en que lo que hace lo que queda de ETA en Francia es simple "supervivencia". Y que no está en sus planes captar a nuevos militantes, sino encontrar la mejor salida para ese grupo de miembros de ETA, la mayoría sin delitos de sangre, que el pasado 20 de octubre anunciaron su intención de no volver a matar.

Otra cosa es que nadie, ni en Interior ni en los grupos de información antiterrorista, se fíe de ETA. Pero nada indica ahora mismo, y eso también lo dijo muy claro el consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares, en una entrevista reciente publicada en este diario, que la banda tenga voluntad de recuperar la lucha armada. En cualquier caso, varias webs de medios de comunicación aseguraban ayer, citando fuentes de la lucha antiterrorista, que los dos etarras fueron detenidos cuando iban a celebrar varios encuentros con candidatos a ingresar en la banda.

Hoy por hoy, ninguno de los dos detenidos tiene delitos pendientes de sangre. Pero como comentó un responsable de Interior, habrá "que mirarlo muy bien". El ministerio difundió la foto de Gurruchaga el 31 de julio del 2009, junto a las de otros cinco presuntos miembros de ETA. El cartel se elaboró y repartió solo 24 horas después de que la banda cometiera su último atentado mortal en España: asesinó a dos guardias civiles con una bomba lapa colocada en su vehículo, en la localidad mallorquina de Calvià. Ese atentado sigue sin resolverse.

Las fuentes de la lucha antiterrorista siempre han sospechado que fue un comando de Francia el que se desplazó a Mallorca, colocó las bombas y regresó al país vecino. Por ahora, no hay pistas que vinculen a Gurruchaga con ese atentado, pero sin duda va a ser una de las primeras líneas de trabajo de los investigadores: saber si tiene alguna relación.

Para algunos expertos, estaba escrito que Gurruchaga, en cuanto saltara a Francia, no tardaría en asumir un liderazgo en la banda. Fue detenido por primera vez en el 2000 por actos de la kale borroka y, ocho años después, las investigaciones policiales lo situaban como uno de los principales organizadores de los actos de terrorismo callejero. Su hermano Egoitz también militó en ETA; estaba huido desde el 2000 y murió en Bilbao dos años después, al estallarle la bomba que planeaba colocar para un atentado, según Europa Press .