Asturias va aclarando su futuro político 52 días después de sus segundas elecciones autonómicas en un año, un interín que ha deparado negociaciones interminables, impugnaciones judiciales, un escaño bailarín y hasta la amenaza de intervención de las finanzas de la región ante el bloqueo institucional. Si las cosas no se tuercen, el socialista Javier Fernández, vencedor de los comicios del 25 de marzo, será el próximo presidente del Principado gracias al acuerdo alcanzado ayer con el único diputado de UPD, que tiene la llave de la gobernabilidad. Con el apoyo del partido de Rosa Díez y el de Izquierda Unida, el PSOE recuperará una autonomía que se le escapó hace un año, cuando, pese a ser también la fuerza más votada, el Foro de Alvarez-Cascos obtuvo un escaño más que los socialistas.

Aunque el pacto se filtró a última hora de la mañana, UPD evitó confirmarlo hasta que, por la tarde, Díez viajó a Oviedo para anunciarlo solemnemente, junto a su diputado autonómico, Ignacio Prendes. Ambos hablaron de un "acuerdo de legislatura" que incluye el compromiso de reformar la ley electoral asturiana, el escollo principal que les separaba del PSOE. Los socialistas, reacios a modificar una norma que les beneficia, matizaron la letra pequeña: la promesa es intentar elaborar una ley electoral que cuente con el consenso del Parlamento, es decir, que incluya a Foro y el PP.

UPD ha inclinado finalmente hacia la izquierda (PSOE-IU) una balanza que la noche electoral quedó ladeada hacia la derecha (Foro-PP), pero que el voto emigrante equilibró dos días después, provocando un empate a 22 diputados entre ambos bloques. Los asturianos residentes en el extranjero concedieron un diputado más a los socialistas y situaron a UPD como fuerza decisiva. Cascos lo impugnó, pero el Tribunal Constitucional atribuyó al final ese parlamentario al PSOE, aunque antes el Tribunal Superior de Justicia asturiano había ordenado repetir parte del voto emigrante, dejando vacante el escaño en liza hasta la celebración de nuevos comicios.

Durante el proceso judicial hubo reuniones entre los partidos para tratar de conformar una mayoría estable. El PSOE e IU se pusieron de acuerdo rápidamente y, aunque parecía poco probable, Foro y PP consiguieron también un pacto. Pero la candidata popular, Mercedes Fernández, prometió apoyar la investidura de Cascos solo si este lograba el respaldo de UPD.

INTERVENCION El último episodio llegó a cuenta de la amenaza del Ministerio de Hacienda de intervenir las cuentas asturianas. "La situación del Ejecutivo en funciones impide que se adopten compromisos en materia de ingresos y gastos que garanticen el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria", justificó en un comunicado el departamento que dirige Cristóbal Montoro. Cascos amagó con llevar el asunto a los tribunales y se dirigió a la UE, remitiendo su plan financiero al vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn.