El PSOE valenciano, un partido instalado en la derrota desde hace 17 años, se juega hoy su enésima reválida. Un nuevo examen para intentar superar su crisis permanente, abandonar su imagen de fractura y convertirse en una alternativa al PP que, a pesar del supuesto desgaste por la corrupción y el despilfarro, cosecha una victoria tras otra en la Comunidad Valenciana, a base de mayorías absolutas. Será una tarea titánica. El PSPV elige a su nuevo líder en un congreso conflictivo, marcado por su endémica división y su incansable lucha de tribus. A falta de acuerdo, el actual secretario general, Jorge Alarte, y el diputado nacional y alcalde de Morella, Ximo Puig, que ya se enfrentaron en el 2008 con victoria del primero, son los dos grandes candidatos y pelearán hoy otra vez por convertirse en la nueva imagen de los socialistas valencianos.

Ni son caras nuevas ni plantean una revolución en un partido cada vez más despoblado de militantes y votantes. Pero son los dos únicos candidatos que llegan a Alicante con auténticas opciones de victoria, por encima de los otros dos aspirantes, Francesc Romeu (director corporativo de Renfe) y Manuel Mata (exdiputado autonómico).

PRIORIDAD PARA EL PSOE En la apertura del congreso, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, aseguró que, tras lo sucedido en las elecciones de Asturias y Andalucía, el siguiente "hito de la recuperación socialista" debe ser el del PSPV. Además, asumió su parte de culpa en el descalabro socialista valenciano. "Desde Madrid se podría haber hecho más. Ahora, Valencia será prioridad para el PSOE, algo que no siempre ha pasado", dijo.

La jornada se alargó hasta bien entrada la noche por la obligación buscar las últimas alianzas. Porque si algo tiene este congreso, es que ninguno de los aspirantes podrá ganarlo en solitario. Los pactos de última hora serán decisivos. Puig, que cuenta con el apoyo de la exministra Leire Pajín, ha estrechado el cerco sobre Romeu, con quien ya pactó en el 2008. Ayer por la tarde, afines al alcalde de Morella daban por sentada la reedición de esa alianza. Una situación haría más favorito a Puig y pondría en serios apuros a Alarte. Los dos grandes candidatos han sido incapaces de llegar a un acuerdo, pese al evidente deseo de Rubalcaba. De hecho, vista la convulsión interna, el líder del PSOE ha preferido retrasar su asistencia al domingo.

Por esa razón, Valenciano y el secretario de organización, Oscar López, se reunieron hace unos días con Puig y Alarte para que tratasen de firmar la paz. En ese encuentro le habrían sugerido a Alarte que retirara su candidatura, en vista de que parece que cuenta con menos apoyos, pero el actual líder del PSPV ha hecho oídos sordos.