Cuentan algunos diputados del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) en el Congreso que la pugna entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón por la secretaría general del PSOE está tensando estos días la relación de convivencia con los compañeros de bancada que apoyan al exvicepresidente del Gobierno.

Les recriminan, en un tono más o menos cordial, que se hayan decantado de una forma "excesivamente unánime" a favor de Chacón, rompiendo así el tradicional celo de los socialistas catalanes en estos procesos por mantener un calculado equilibrio. "Esta vez se presenta una de las nuestras", replican los interpelados que, sin embargo, no esconden su preocupación por los problemas que le puede acarrear al partido en Cataluña que la exministra de Defensa lidere el socialismo español.

SIMIL FUTBOLISTICO En ese contexto de sensaciones de fidelidad contradictorias se desarrolló la visita que hicieron ayer los dos candidatos a la sede central del PSC, en la barcelonesa calle de Nicaragua, para defender sus respectivos programas ante 80 de los 101 delegados catalanes que participarán en el congreso de la próxima semana.

Ambas reuniones fueron a puerta cerrada, aunque Rubalcaba quiso hablar con los periodistas antes de empezar y comparó su situación con la del Real Madrid --equipo del que es un fiel seguidor-- el pasado miércoles, en el partido de vuelta de la Copa del Rey. "Parecía que todo estaba en contra, pero empató", dijo, obviando deliberadamente que quien pasó a semifinales fue el Barça. Chacón no perdió la oportunidad de recordárselo. "Siento que he pasado la eliminatoria y me veo cerca de ganar la Copa", le replicó la socialista catalana a su compañero y oponente.

SIN FOTO JUNTOS Ambos políticos evitaron fotografiarse juntos y, como marcan también los cánones deportivos, Rubalcaba fue el primero en intervenir al jugar fuera de casa. En un discurso calificado de "inteligente" por uno de los asistentes a la encuentro con los delegados, el candidato fue analítico a la hora de abordar la situación actual del país y del partido, lo que impidió que surgieran discrepancias destacadas en referencia a sus tesis.

Y cuando llegó el momento de tratar el espinoso tema de las relaciones entre Cataluña y España, mostró un talante "conciliador", según coincidieron las fuentes consultadas, y dijo que su propuesta de unificar el discurso nacional del partido en toda el país es "compatible" con la idiosincrasia del PSC y de los catalanes.

Preguntado por los delegados, Rubalcaba negó literalmente que sea "jacobino" o que quiera "recentralizar" el actual modelo de Estado. Para demostrarlo, defendió el Estatut y aseguró "en-