El empresario José María Ruiz-Mateos, que ha llegado este martes con 45 minutos de retraso al juzgado de instrucción número 3 de Palma para declarar en calidad de imputado por una presunta estafa de 13,9 millones de euros a Inversiones Grupo Miralles (IGM) en la compraventa de un hotel, ha asegurado al entrar en el juzgado que no se "arrepiente de nada", ha dicho estar orgulloso de haber trabajado "siempre para la clase obrera" y ha culpado de su imputación a "un banquero y al Banco de Santander", en alusión a Emilio Botín.

Una vez ante el juez, el fundador de Nueva Rumasa se ha acogido a su derecho a no declarar. Ya fuera, Ruiz-Mateos ha hecho el símbolo de la victoria con la mano y ha vuelto a acusar al presidente del Santander, Emilio Botín, de "manejar a los jueces como quiere". A su juicio, su imputación en este caso es una "pena" y un "cachondeo integral". "Son unos malvados y se trata de una victoria triunfante y victoriosa y, si me crucifican, más, maricones", ha espetado.

Ruiz-Mateos, que ha llegado acompañado por su abogado, portaba un certificado médico con el fin de justificar su ausencia el pasado 12 de enero, cuando el fundador de Nueva Rumasa tenía que comparecer por el primero de los dos casos. El empresario hubiese sido detenido si este martes no se hubiera presentado ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, donde ha sido citado por tercera vez.

"Ni justicia ni leches"

No ha sido la única comparecencia judicial de la mañana. A las 10.50 horas, Ruiz-Mateos se ha dirigido al Juzgado de Instrucción número 9 de Palma para ser interrogado, también en calidad de imputado, por otra supuesta estafa de 7,3 millones de euros a Inversiones Insulares Radó en las operaciones de compraventa de dos hoteles. A su llegada a este juzgado, ha vuelto a arremeter contra Botín y la justicia. "Aquí no hay caridad ni justicia, ni leches, ya que han robado a Nueva Rumasa por segunda vez", ha dicho

El juez de Instrucción número 9, Enrique Morell, decretó este mes la prohibición de salir del territorio nacional y la obligación de comparecer cada quince días en dependencias judiciales a los seis hijos varones de Ruiz-Mateos, a raíz de la denuncia interpuesta contra ellos por la familia mallorquina Radó por presuntos delitos de estafa, falsedad en documento mercantil y estafa procesal.

En concreto, la familia Radó estima que Nueva Rumasa le adeuda 7,34 millones de euros por la compra de las acciones que poseía en las sociedades que explotan dos hoteles Beverly, lo que le llevó a interponer una denuncia ante la Fiscalía de Baleares contra los Ruiz-Mateos por presunta estafa en la operación de compraventa de las dos instalaciones hoteleras.