El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha manifestado hoy que España apoyará el establecimiento de una tasa sobre las transacciones financieras, iniciativa que abandera en la UE el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y ha abogado por tomar una decisión con rapidez. Tras reunirse con el gobernante galo en el Palacio de la Moncloa, Rajoy ha mostrado en rueda de prensa su respaldo político a la iniciativa de Sarkozy, aunque ha destacado la necesidad de estudiar los detalles de la iniciativa para que no se traslade en un coste para los consumidores. La propuesta, por la que, como ha recordado Rajoy, Sarkozy ha dado "mucha batalla" en el seno de la UE, había contado en el pasado con el respaldo expreso del anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

En opinión de Rajoy, no hay contradicción entre la iniciativa que abandera Sarkozy y la posición de la canciller alemana, Angela Merkel, que aboga primero por debatir la medida en el seno de la UE y después acordarla entre todos. "Lo que queremos todos es que se discuta, se acuerde y se haga ya", ha subrayado el jefe del Ejecutivo tras lamentar el tiempo que invierte la UE en tomar decisiones y el que tarda después en implementarlas; "Creo es un asunto en el que se puede tomar decisiones ya" y "cuanto más rápido se haga muchísimo mejor", ha insistido. Sarkozy ha valorado el apoyo recibido de Rajoy y ha asegurado también que no hay discrepancias con Merkel, en el sentido de que todos están de acuerdo en que lo ideal sería la implantación de una tasa de carácter global, no sólo en algunos países.

Pero ha rechazado la posibilidad de esperar a lograr un consenso global sin hacer nada y ha apostado porque haya "un grupo de países líderes" que adopten la tasa para que después se vaya sumando el resto. Poniéndose en el lugar de Rajoy, se ha preguntado como hay gobiernos que pueden decir a sus ciudadanos que les sube los impuestos y que, al mismo tiempo, se oponen a una tasa sobre las transacciones financieras. El partido de la canciller Merkel está de acuerdo con este nuevo impuesto, pero sus socios liberales en la coalición de Gobierno sólo lo aceptarían si lo aprueban todos los Estados de la UE y el Reino Unido ya ha avanzado su total oposición.