En los últimos años, Cuba ha dejado de ser el paraíso en el que en su día encontraron refugio etarras huidos, que vivieron en la isla caribeña como auténticos privilegiados del régimen castrista. De hecho, unos cuantos han intentado salir. Ante la inesperada negativa del Gobierno cubano de facilitar a los activistas de ETA documentación falsa que les permitiera dejar el país, como había ocurrido otras veces, algunos han protagonizado rocambolescas escapadas en velero que terminaron casi en naufragio.

Otros, como José María Arcocha Azcona y María Lourdes Mendinueta Yjurra, optaron por acudir a la Embajada de España en la Habana y solicitar su pasaporte. Y a finales del año pasado, el Gobierno se los entregó. Desde entonces, residen en Bayona, al sur de Francia. Fuentes de la lucha antiterrorista han confirmado a este diario que los dos están desvinculados de la banda. Ellos son los primeros etarras veteranos que han regresado de Cuba.

El Ministerio del Interior tardó un año en responder a los dos refugiados. La petición de la pareja, que residió en la Habana durante una década, se oficializó el 13 de noviembre del 2009, según afirman fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.

La pareja tuvo relevancia en la cúpula de ETA en la década de los 80, especialmente Arcocha. El 3 de diciembre de 1980, los servicios de información de la Policía Nacional de Bilbao lo identificaron, junto a José Ignacio Rubio Fernández, como miembro del comando Argala .