Convencidos como están de que si José Luis Rodríguez Zapatero anuncia ahora que no piensa presentarse en el 2012 sus resultados electorales mejorarán el próximo 22 de mayo, los barones han redoblado su presión para que el presidente del Gobierno desvele su futuro en el comité federal de mañana. Si no lo hace ese día, habrá que esperar hasta después de los comicios autonómicos y municipales, porque si hay algo que se da por casi seguro en el PSOE en esta época repleta de incertidumbres es que el líder revelará su destino en dicho órgano, el más importante del partido entre congresos. Y la siguiente cita del comité no será hasta después del paso por las urnas. Pero el sentir mayoritario en las filas socialistas es que la incógnita, finalmente, no será despejada el sábado, aunque se espera que al menos Zapatero diga algo que permita apagar parte de la hoguera sucesoria. Algo del tipo de que no desvelará su futuro hasta después del verano.

"Parece que el sentido común va a prevalecer", explicaba ayer un importante diputado en los pasillos del Congreso. Dijo el parlamentario, en una exposición suscrita por muchos dirigentes del PSOE, que con la guerra en Libia, con Portugal en riesgo de ser rescatada y con parte de la élite económica española pidiendo al jefe del Ejecutivo que aparque el debate sucesorio en aras de la recuperación económica del país, Zapatero había reculado en su decisión. "Pero es solo una intuición", continuó.

DOS DISCURSOS PREPARADOS Así que también puede ocurrir que, presionado por los líderes territoriales y persuadido por estos de que si lo anuncia ahora estará haciendo lo mejor para el PSOE porque evitará que el 22-M se convierta en un plebiscito sobre su figura, mañana diga lo que todos en el partido esperan que acabe diciendo tarde o temprano. Hace un par de semanas, esos mismos barones se mostraron convencidos de que Zapatero iba a anunciar su retirada en el comité federal. Después llegaron las convulsiones portuguesas y el presidente pensó que quizá no era tan buena idea.

Ahora, según fuentes cercanas al líder socialista, sigue pensando qué debe hacer. El anuncio sorprendería más que el no anuncio en el PSOE, pero tampoco sorprendería tanto. De hecho, algunos de los que intervendrán en el comité federal han preparado dos discursos distintos. Uno para si dice que se va y otro para si no lo dice.

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, quiere que lo diga. "Lo he dicho desde un principio: me gustaría que esto se supiera antes de las elecciones. Si no lo anuncia --dijo en Canal Extremadura Radio--, vamos a seguir esperando cada semana y nos vamos a concentrar en lo que no tiene importancia. Aunque incluso ya es un poco tarde". Una presión en toda regla.

Frente a barones como Vara, están quienes consideran que un anuncio de este tipo solo iría en contra de los intereses del PSOE y de España. Primero, porque bajo su punto de vista colocaría a Zapatero en una situación de absoluta interinidad y, además, enviaría a Europa un mensaje de inestabilidad tras haberse ganado la confianza de los mercados. Y segundo, porque consideran que ningún indeciso votará a Jordi Hereu en Barcelona o a José María Barreda en Castilla-La Mancha porque el presidente haya dicho que lo deja.