Comisiones Obreras cree necesario y ve posible el acuerdo en la reforma de la negociación colectiva, en la que no está a debate, según ha asegurado hoy el secretario confederal de Estudios del sindicato, Rodolfo Benito, desvincular la revalorización de los salarios de la inflación. Benito ha insistido en que desvincular los salarios de la inflación "no está a debate en España", y no lo plantea la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y "obviamente" tampoco los sindicatos porque es una fórmula que ha dado "muy buenos resultados". Aunque CCOO no duda de la voluntad de la CEOE de alcanzar un acuerdo, que se prevé para abril, Benito ha destacado que la participación de los sindicatos en la flexibilidad interna a aplicar en las empresas es uno de los escollos de la negociación. No obstante, ha considerado que los problemas en la negociación "se pueden superar" y que tanto CCOO como UGT han mostrado su voluntad de llegar a un acuerdo, que consideran posible, y la CEOE, ha dicho, "es consciente" de que las cosas funcionan si se pactan y debe "flexibilizar" algunas de sus posiciones. La marcha de la reforma de la negociación colectiva es uno de los asuntos que hoy ha explicado Benito en una asamblea de delegados del sindicato en Zaragoza, en la que también ha hecho referencia al pacto por el euro o la polémica suscitada en torno al copago en Sanidad o Educación, con el que el sindicato está "radicalmente en contra". El copago persigue exclusivamente el debilitamiento del Estado del Bienestar y reduciría la renta disponible de los ciudadanos, ha dicho Benito, quien ha hecho hincapié en que el debate en España pasa por un nuevo sistema fiscal "más progresivo y más equitativo", además de luchar contra el fraude fiscal. En cuanto al pacto por el euro, ha explicado que el rechazo del sindicalismo europeo a los acuerdos de la Unión Europea se debe a la ausencia de medidas que ayuden efectivamente al crecimiento económico y a la creación de empleo cuando en la UE hay 23 millones de parados. Al contrario, ha criticado, plantean nuevos ajustes presupuestarios y presiones "a la baja" sobre los salarios, y contra eso los sindicatos serán "especialmente beligerantes". Además, ha tachado de "intolerable intromisión" a la autonomía de sindicatos y empresarios en materia de negociación colectiva las decisiones que plantean los gobiernos de la UE, por presiones de Alemania y Francia, por "intereses nacionales" y no sobre la base de un nuevo modelo europeo. En su opinión, habría que ir "en dirección contraria", en la búsqueda de un gran acuerdo, con la participación del sindicalismo europeo, para recuperar la inversión como un factor fundamental para el crecimiento y la creación de empleo, y fortalecer el estado del bienestar, que ha sido "una de las cartas de naturaleza" de la UE. Además, ha reclamado del Banco Central Europeo (BCE) un papel mucho más activo en torno a la deuda soberana de los países, que "debe comprar" y cuenta con recursos, para evitar las presiones especulativas que están colocando en situaciones "cercanas al precipicio" a Grecia, Irlanda y Portugal. Finalmente, se ha referido a la Iniciativa Legislativa Popular impulsada por CCOO y UGT para revertir la reforma laboral, con la que esperan recoger cientos de miles de firmas en el menor tiempo posible, porque el problema de trabajo en España no tiene que ver con la política laboral, sino con la actividad económica.