Por motivos distintos, socialistas y conservadores coincidieron ayer en minimizar las palabras del presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, que el sábado, durante la reunión de José Luis Rodríguez Zapatero con la élite económica española, le pidió al presidente del Gobierno que aparque el debate sucesorio y no convoque elecciones anticipadas porque sería perjudicial para la lucha contra la crisis, informan Juan Ruiz Sierra y Gemma Robles.

La cúpula del PSOE sostuvo que las palabras del banquero suponen, por encima de todo, una corrección a la tesis del presidente del PP, Mariano Rajoy, que desde hace meses insiste en que, para la salud de España, serían convenientes elecciones anticipadas. "Es Zapatero quién decidirá cuándo lo anuncia", dijo Elena Valenciano, portavoz del comité electoral del PSOE.

Fuentes de la dirección popular aseguraron que Rajoy recibió la tarde del sábado varias llamadas de algunos participantes en la cita de la Moncloa para desmarcarse del comentario de Botín. Además, desde el PP se insinúa que el acercamiento del banquero al PSOE viene motivada, entre otras cosas, porque tiene "mucho que ganar" con la reforma financiera y está a la espera de un indulto para el consejero delegado del Santander, Alfredo Saénz.