La gran incógnita que mantenía en vilo desde hace un mes a presidentes autonómicos, alcaldes y candidatos a los comicios del próximo 22 de mayo --si podrían realizar inauguraciones, visitar instalaciones en construcción o hacer propaganda electoral durante la precampaña-- quedó ayer despejada por la Junta Electoral Central (JEC).

Los cortes de cinta para abrir de forma solemne un establecimiento público quedan prohibidos en periodo electoral. También las visitas a obras. En el plazo del 29 de marzo, día en el que se convocarán los comicios, al 6 de mayo, cuando empiece la campaña, no están permitidos los carteles de los partidos en lugares o soportes públicos, ni la entrega de llaveros, bolígrafos, mecheros o pins donde aparezca el nombre o foto de los aspirantes o siglas de las formaciones.

En cambio, se permiten los mítines, los anuncios de esos mítines por cualquier medio, los folletos y panfletos, los vehículos particulares con propaganda electoral y el envío de correos electrónicos y mensajes de telefonía móvil. Y, por último, las televisiones privadas quedan asimiladas a las públicas, por lo que deberán condicionar sus noticias de campaña no a criterios periodísticos, sino a los escaños que hayan conseguido los partidos en las anteriores elecciones.

DUDAS DE LOS CANDIDATOS Las cuatro instrucciones del organismo son una interpretación permisiva de los límites que los partidos pactaron hace más de un mes en el Congreso para reducir gastos. Tal como quedó redactada, la reforma electoral, que se aplicará en estos comicios por vez primera, suponía el entierro de la precampaña, y dejó a los candidatos con dudas al preparar sus actos y su publicidad cara al 22-M. El artículo 53 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General es categórico respecto a tal periodo: "Queda prohibida la difusión de publicidad o propaganda electoral mediante carteles, soportes comerciales o inserciones en prensa, radio u otros medios digitales".

Poco después, el PSOE y el PP se aliaron para llevar a cabo lo que CiU y el PNV denominaron "la contrarreforma". Pidieron que se permitiese la visita a obras para compensar la prohibición de las inauguraciones, que se pudieran pegar carteles para informar de mítines y que se dejara repartir folletos en las calles y hacer campaña en internet. Los partidos minoritarios se opusieron. El conflicto quedó resuelto ayer en cuatro instrucciones de la JEC que atienden a la mayoría de las peticiones de socialistas y conservadores.

El organismo da el visto bueno a lo que querían los mayoritarios salvo a las visitas de obras. Los únicos actos permitidos en periodo electoral son "congresos, ferias de muestras, festivales o fiestas populares, siempre que ni en la organización ni en las intervenciones se contengan alusiones a las realizaciones o a los logros de las autoridades intervinientes, ni se induzca el sentido del voto de los electores".

CARTELES EN LAS CALLES La precampaña de estos comicios, por tanto, será distinta a las anteriores, pero quizá no tanto. Porque, aunque están prohibidos los carteles en ámbitos públicos, están permitidos los carteles que anuncian mítines.

Pero los más afectados por el fallo de la JEC son las teles privadas. La reforma pactada fija que estas cadenas, como las públicas, "deberán respetar los principios de proporcionalidad y neutralidad informativa en los debates y entrevistas electorales, así como en la información relativa a la campaña". Ahora la junta electoral señala que el precepto debe entenderse "en el sentido que su tratamiento deberá atender preferentemente a los resultados obtenidos por cada formación en las últimas elecciones", lo que significa que los informativos no podrán ordenar sus noticias por su relevancia.

Lo mismo ocurrirá con debates y entrevistas. Si quieren organizar un cara a cara entre los dos candidatos con más posibilidades de gobernar, deberán "emitir otros debates bilaterales o plurilaterales, u ofrecer información compensatoria suficiente sobre los demás candidatos que hayan obtenido representación en las últimas elecciones".