El Tribunal Supremo (TS) ilegalizó ayer a Sortu por una amplia mayoría, pero con al menos tres votos en contra de la decisión. Los magistrados de la Sala Especial del Artículo 61 debatieron durante todo el día, casi 10 horas, el futuro de la nueva marca aberzale y atendieron la petición de la Abogacía y la Fiscalía del Estado, que habían reclamado que no se permitiera la inscripción de Sortu en el registro de partidos por ser sucesora de Batasuna y un fraude de ley. El texto de la resolución se conocerá en los próximos días.

Las deliberaciones comenzaron a las 10 de la mañana con la intervención del ponente de la sentencia, Carlos Lesmes, que durante casi dos horas expuso sus argumentos para ilegalizar a Sortu. Este magistrado, de gran capacidad jurídica, asumió los alegatos de la Abogacía y la Fiscalía del Estado. Dichos organismos habían defendido la ilegalización de la marca de la izquierda radical por entender que no ha roto con ETA.

El martes, el abogado jefe, Manuel Rivero, aseguró ante el alto tribunal "que no es creíble que la izquierda aberzale haya madurado en unos pocos meses su proceso de ruptura con ETA sin escisiones, sin voces en contra y con el apoyo en bloque". En su opinión, la nueva fuerza "quiere aparentar que ha cambiado, pero no lo ha hecho". Por su parte, el fiscal jefe, Antonio Narváez, afirmó que sigue existiendo un paralelismo evidente "entre Batasuna y Sortu".

Por el contrario, el defensor de Sortu, Iñigo Iruin, pidió a los jueces una legalización vigilada tras asegurar que "no hay vuelta atrás en la ruptura con ETA". También aseguró que la inscripción de Sortu ayudaría a "construir un futuro de paz".

POSTURAS IRRECONCILIABLES Los alegatos de Lesmes convencieron a la mayoría de los jueces, pero no lograron disuadir a tres de ellos, que anunciaron la presentación de votos particulares. Los discrepantes defienden la legalización de Sortu por entender que sus estatutos cumplen con los requisitos que exige la ley de partidos y porque consideran que el rechazo a dicha marca vulnera el derecho de asociación. Es la primera vez en seis años que se rompe la unanimidad en este tipo de procesos.

El presidente del Supremo, Carlos Dívar, que presidió por primera vez una sesión de esta naturaleza, procedió a la votación de la sentencia tras renunciar a alargar los debates hasta alcanzar la unanimidad al constatar que las posturas entre los jueces eran irreconciliables. Los magistrados volverán a reunirse en los próximos días para leer la sentencia. A partir de este momento, los disidentes redactarán sus votos particulares.

En cualquier caso, la división entre los jueces no altera el resultado de la votación de ayer. Sortu no podrá presentarse a las elecciones del 22 de mayo, ya que aunque la decisión de Supremo es recurrible ante el Constitucional, este tribunal tramitará su demanda por el cauce ordinario, es decir, puede tardar hasta un año en dictar sentencia.

La izquierda aberzale ya se temía este resultado. Por ello, fuentes gubernamentales no descartan que intente concurrir a los próximos comicios mediante agrupaciones electorales o infiltrándose en listas de partidos legales como Eusko Alkartasuna. Esos supuestos planes saldrán a la luz el 18 de abril, día en que se proclamaran las candidaturas para el 22-M. Con toda seguridad, serán recurridos, de nuevo, por la Abogacía y la Fiscalía del Estado ante la misma sala que ha ilegalizado a Sortu, así que dichas intentonas tienen nulas posibilidades de prosperar.

CORTA HISTORIA La presencia de Sortu en el panorama político ha sido muy corta. Los jueces han resuelto su legalización mes y medio después de que la nueva marca se presentara en sociedad. El Supremo aceleró los trámites de este proceso por "la naturaleza y trascendencia de este incidente ". De hecho, se empeñó en dictar una sentencia antes de que se convoquen las elecciones municipales, el 28 de marzo.