La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha asegurado hoy que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al apoyar ahora la misión en Libia, se está teniendo que "tragar" el lema del "no a la guerra" que abanderó con la intervención militar en Irak en 2003. Un día después de que el PP votara a favor de la operación contra el régimen de Muamar el Gadafi en el Congreso, De Cospedal ha criticado al Ejecutivo socialista por querer diferenciar la operación de Libia de la que hubo en Irak. "Hubo una campaña muy irresponsable por parte del PSOE con el 'no a la guerra' que ahora, claro, se está teniendo que tragar. Pero que el PSOE tenga que tragarse ciertas cosas no quiere decir que nosotros tengamos que cambiar de opinión", ha dicho De Cospedal en declaraciones a Antena 3, recogidas por Efe, para reafirmar el respaldo del PP a los ataques en Libia. La 'número dos' del PP se ha mostrado convencida de que sectores de la izquierda pasarán factura a Zapatero en las urnas, a pesar de que los "grupos sociales" que apoyaron en su día a Zapatero, en alusión a los artistas, "también han cambiado de opinión y ahora están callados". A las palabras de De Cospedal se han unido las de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ha afirmado que la intervención en Libia ha servido para "desenmascarar la hipocresía" del Gobierno y la de los "activistas" que le arroparon. Aguirre, en un acto en Boadilla del Monte (Madrid), ha tildado de "deleznable" la actitud del PSOE por defender en el Congreso que lo de Libia "no es una guerra", cuando tiene el mismo objetivo que hubo en Irak, como es "derrocar a un tirano". La ministra de Defensa, Carme Chacón, en declaraciones a Telecinco, ha defendido la misión contra Gadafi amparada por la ONU cuando se comprobó que el líder libio "iba avanzando, atacando a su población, masacrando a su propia gente". En cuanto al plano operativo, Chacón ha apuntado que el Gobierno español estaría "cómodo" con la propuesta que ha hecho Francia de que se cree una "dirección política" integrada por los ministros de Exteriores de los países aliados para dirigir la operación militar con apoyo de Libia. España ha completado hoy el despliegue de los medios aéreos y navales que aporta a la misión con el envío del avión C-235 de vigilancia marítima que ha partido hoy desde la base de Getafe (Madrid) rumbo a la italiana de Decimonannu (Cerdeña). Este aparato, con doce militares a bordo, se une a los cuatro cazas F-18 y al avión de abastecimiento en vuelo que ya están en Italia, que hoy realizaron una nueva misión de patrulla que se prolongó durante unas cinco horas. La contribución española incluye también la fragata "Méndez Núñez" y el submarino "Tramontana", que tienen como cometido el control del embargo de armas a Libia decretado por la ONU. El coste de la participación española será de unos 25 millones de euros, diez por el despliegue de aviones durante un mes, y quince, por el de los medios navales en un período de tres meses, según la previsión del Ministerio de Defensa. Chacón presidió esta tarde una nueva reunión de seguimiento de la misión en el Estado Mayor de la Defensa en Madrid. La titular de Defensa comparecerá en el Senado en los próximos días para informar sobre el desarrollo de la operación. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, también se ha comprometido a mantener al tanto a los grupos parlamentarios de la Cámara Alta. IU ha reiterado hoy su rechazo a cualquier conflicto bélico, como hizo ayer en el Congreso al votar en contra de autorizar la operación en Libia, al igual que el BNG. "No a la guerra y no a la intervención de las tropas españolas", ha proclamado el coordinador general de IU, Cayo Lara desde Ferrol (A Coruña), quien ha aclarado que su formación no defiende a Gadafi. Para Lara, detrás de la operación de los aliados está "el reparto del petróleo". "Si fuera Extremadura, esto no pasaba", ha añadido. IU, junto con otros partidos políticos y diversas asociaciones sociales, ha convocado una manifestación el próximo sábado en Madrid para volver a reivindicar el "no a la guerra". Bajo el lema "Ni dictaduras ni imperialismo", los convocantes han confiado en que haya un amplio respaldo a la marcha, aunque han reconocido la dificultad de lograr la adhesión que tuvieron las protestas contra la guerra de Irak. Frente a quienes rechazan la misión de los aliados, varios colectivos de residentes libios en España, agrupados en la Casa Libia, con sede en Bilbao, han defendido los ataques contra Gadafi. Esta plataforma ha considerado apropiada la misión "después de 35 días de resistencia y de haber sufrido al menos 8.000 víctimas mortales entre la población civil".