La Audiencia de Sevilla ha condenado a tres años de cárcel a Julio Álvarez (PSOE), alcalde de Puebla del Río (Sevilla), por un delito de malversación de fondos públicos por gastar 6.098 euros con el móvil oficial en llamadas privadas. Estas comunicaciones fueron con una única mujer y "de índole muy personal".

Además, la sentencia le impone seis años de inhabilitación absoluta, por lo que según la nueva Ley Electoral Álvarez no se podrá presentar a la reelección en las elecciones de mayo. Así pues, deberá renunciar a su candidatura, ya que ya había sido proclamada.

También ha sido condenado el exconcejal de su mismo partido Juan Carlos Benítez por falsificar las facturas telefónicas que pidió la oposición para evitar que se descubriera la malversación cometida por el alcalde. El exedil ha sido sentenciado a una pena de un año por falsedad y otros ocho meses por encubrimiento.

SIN COARTADA

La sentencia reconoce que el móvil no estaba "restringido a actividades propias de la Alcaldía", pero añade que "lo que convierte su uso en delictivo es la dedicación teléfono de modo casi monopolístico" a una sola persona.

El juez indica que "no es seria la explicación" del acusado de que su móvil particular era del mismo modelo que el oficial, porque "ni siquiera intentó demostrar un extremo tan sencillo como es la realidad de ese hipotético segundo aparato".

Añade que tampoco es verdad que las llamadas "obedecieran al loable sentido de responsabilidad del alcalde frente a los graves problemas personales de una vecina maltratada", sino que esta fue una explicación "montada a posteriori obedeciendo a un propósito de autoexculpación que resulta inverosímil y absurdo".

LA DENUNCIA DE IU Y EL PARTIDO INDEPENDIENTE

La sentencia alaba a los dos concejales que denunciaron el caso, Antonio Garrido (IU), por su "elegante caballerosidad al referirse a la relación personal" del alcalde con la mujer, y José González Arteaga, entonces portavoz del Partido Independiente, quien "tras dejar claro su cariño al alcalde", declaró en el juicio que Álvarez le citó en otro pueblo y le explicó la "verdadera naturaleza de sus relaciones amorosas y personales".