El portavoz del PSOE en las Cortes Valencianas, Angel Luna, echó ayer mano de una potente imagen para explicar el clima político que se respira en su autonomía: cuando el presidente Francisco Camps entra en dicho Parlamento regional, explicó, todos los diputados del PP, incluida la presidenta de la institución, se ponen en pie y aplauden. "Es algo cuasi autoritario", sostuvo.

También es algo que, dicen los socialistas, apenas se cuenta en los medios de comunicación locales. Allí, continúan, no aparece ni el caso Gürtel , ni el caso Brugal , ni el caso Terra Mítica , ni, en fin, el proceso a Carlos Fabra, el presidente de la Diputación de Castellón. Por eso Luna y el candidato del PSOE a presidente valenciano, Jorge Alarte, estuvieron ayer en Madrid. Fue en la calle Ferraz, la sede central del partido, y fuentes de la dirección socialista explican que la iniciativa pretende dar visibilidad a esas denuncias.

Corrupción

Ya que no cala el mensaje en Valencia, comunidad gobernada por el PP desde 1995, hay que intentar que al menos cale en Madrid. Y que de la capital vuelva al territorio donde los delitos, supuestamente, se cometieron. "Vamos a repetirlo con los candidatos en Murcia, en Castilla y León, y quizá también con el de la Comunidad de Madrid", señala un miembro de la cúpula socialista.

Ante una enorme lámina con fotos tipo carnet de los principales dirigentes del PP en la comunidad --"el árbol genealógico de la corrupción", lo llamó la portavoz del comité electoral del PSOE, Elena Valenciano--, Luna explicó por qué, a su juicio, en la Comunidad Valenciana ocurre lo que ocurre. "La cultura política es baja, especialmente en la cúpula del PP; el modelo económico se ha basado en la construcción desaforada y los grandes eventos; las instituciones son opacas y la sensación de impunidad es enorme", opinó el portavoz parlamentario que, paradójicamente

, puede acabar siendo el primer acusado en un juicio relacionado con Gürtel . En marzo del pasado año, Luna esgrimió un informe de la Brigada de Blanqueo de Capitales de la Policía. El documento había sido publicado por los medios de comunicación algunos meses antes, pero ahora el socialista se enfrenta a un delito de encubrimiento por no revelar quién se lo entregó.

La nueva estrategia electoral también presenta alguna paradoja. El PSOE dice querer una campaña local y no nacional, pero si lleva a Madrid la denuncia (política) de la corrupción en comunidades de largo arraigo popular, su mensaje, para que cale, tiene que ir más allá de la clave puramente autonómica. "Tienen que ir más arriba", explican en la dirección de la cúpula socialista.

Alarte fue más arriba. "Si Gürtel queda impune --dijo--, Rajoy pensará que puede hacer igual en España. No queremos que un Berlusconi cualquiera nos gobierne".