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horas de ayer para anunciar la liberación que puso fin a 268 días de cautiverio. A esa misma hora, los dos voluntarios de Barcelona Acció Solidària se daban una ducha en una ciudad fronteriza, Gorom-Gorom. Se aseaban para, acto seguido, subir al helicóptero que les iba a trasladar a Uagadugú. Chafi, el mediador, se despidió de ellos. Cansado por la negociación, tiene previsto tomarse unas vacaciones en Arabia Saudí porque no puede volver a Mauritania desde que huyó de ese país tras el golpe de Estado del 2007. Con todo, quiso completar su trabajo enviando un SMS a un amigo que, cuando ha estado ilocalizable, le ha servido de contacto con algunos medios: "Todo bien. Se encuentran bien y a bordo del helicóptero con dirección a Uagadugú. Alá escuchó las plegarias de todos".

También en nombre de Alá quisieron los secuestradores dejar constancia de su posición. En una nota enviada a El País , Al Qaeda contrapuso la actitud del Gobierno español a la del Ejecutivo francés con Germaneau. "Esta es una lección para los servicios secretos franceses", dijo el comunicante. Fue la manera de decir que la liberación de Vilalta y Pascual ha sido posible tras haber logrado algunas de sus exigencias. No obstante, cabe recordar que los captores del ciudadano francés asesinado pertenecían a una rama más radical de la organización de Bin Laden en el Magreb.