Los activistas marroquíes dieron el martes por finalizado el espectáculo montado durante dos semanas en la frontera al tiempo que los gobiernos de España y Marruecos emitían un comunicado conjunto ensalzando el buen momento de sus relaciones. La alta probabilidad de que las gestiones discretas llevadas a cabo por el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero hayan dado sus frutos no hizo reflexionar al presidente del PP, Mariano Rajoy, quien ayer, 24 horas después de que presuntamente finalizara el conflicto, se sumó por vez primera a la ofensiva de declaraciones contra el Ejecutivo al apoyar sin fisuras la foto que el día anterior se hizo el ex presidente José María Aznar en la ciudad autónoma. Este viajó a Melilla "porque el Gobierno ha abdicado de sus obligaciones", según el líder de los conservadores.

Su tesis es la misma que sostuvo el responsable de Comunicación del PP, Esteban González Pons, durante su propagandística visita a Melilla. A saber, que el Gobierno no ha movido ni un dedo en toda la crisis. "El ministro de Asuntos Exteriores no existe, el embajador de España en Rabat no está y el cónsul de España en Nador no está", lamentó Rajoy en declaraciones a la agencia Europa Press.

"TODO TIPO DE HUMILLACIONES" De esa falta de presencia de Exteriores extrajo la conclusión Rajoy de que el Ejecutivo ha mostrado "una debilidad impropia de una democracia avanzada" como la española mientras las mujeres de la Policía Nacional "han sido objeto de todo tipo de humillaciones por parte de algunas personas en la frontera de España con Marruecos".

Esta supuesta inacción es lo que ha obligado, según Rajoy, a enviar a González Pons y Aznar a la ciudad "para que la gente española que hay en Melilla vea que hay alguien que se preocupa por ella". "Lo que quiero es que el Gobierno español hable con el marroquí, que le pregunte qué está ocurriendo allí y lo arregle", exigió, sin tener en cuenta que el fin del hostigamiento se ha producido tras una cumbre entre los mandos policiales de los dos países y en vísperas de la visita del titular del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a Rabat el próximo lunes.

El líder conservador considera que la política internacional es uno de los flancos débiles de Zapatero y se emplea a fondo en socavarla. De hecho, en las mismas declaraciones, Rajoy condenó también la decisión de la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, y de otros dirigentes del PSOE de visitar Cuba a primeros de septiembre y no entrevistarse con los disidentes porque "no contribuye a que el régimen castrista se abra, sino todo lo contrario". "Es un error gravísimo dejar de lado a los disidentes porque se puede molestar a la dictadura cubana", afirmó Rajoy, que a las pocas horas recibió una respuesta del PSOE. "El PP está preocupado en visitar a los disidentes, pero el PSOE y el Gobierno están ocupados en liberarlos, que es más importante", le replicó el secretario de Política Municipal socialista, Antonio Hernando, en referencia a las salidas de presos.

Rajoy todavía no había hablado del conflicto fronterizo de Melilla porque se encontraba de vacaciones. El líder de los conservadores no tiene previsto volver a la arena política hasta el 4 de septiembre, con la inauguración del curso de los populares.