El combate definitivo entre Trinidad Jiménez y Tomás Gómez no se producirá hasta octubre, pero los contrincantes ya han empezado a entrenar y ayer comenzaron con el cruce de declaraciones: el actual secretario general del PSM tiró de humildad para subrayar que es "muy complicado" enfrentarse al aparato del partido, como él está dispuesto a hacer al no ceder sin más su puesto a la ministra de Sanidad, la aspirante a la que apoya el presidente del Gobierno y buena parte de los pesos pesados del PSOE. "Mi fuerza es el trabajo de tres años. Mi fuerza es el proyecto político hecho por toda la militancia", dijo.

Por su parte, Jiménez recordó sutilmente que ella cuenta con el respaldo del jefe, esto es, de José Luis Rodríguez Zapatero --"no voy a rechazar ese apoyo expreso", dijo en la SER--, aunque insistió en que si fracasa en las primarias de Madrid, la responsabilidad será suya y no del líder del PSOE. "La responsabilidad sería mía y la asumiría con todas las consecuencias", apuntó.

Ambos aseveraron que, gane quien gane, la candidatura socialista a la Comunidad de Madrid se verá reforzada gracias a las primarias.