El expresidente del Gobierno José María Aznar ha advertido hoy en un coloquio sobre la crisis económica de que crear divisiones entre ricos y pobres puede "ahuyentar" de España a las empresas y a las inversiones productivas. Aznar ha hecho esta reflexión a raíz del anuncio del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de crear un impuesto especial para los ricos.

Aznar ha opinado que España "necesita un cambio político" y ha reclamado "elecciones inmediatas". A su juicio, si no se convocan elecciones, "el destino será más complicado".

En su discurso, el dirigente conservador ha cargado contra los sindicatos, a quienes ha atribuido parte de la responsabilidad de la actual crisis económica. "Son una parte muy seria del problema, una parte de lo que nos ha conducido a esta situación" dado que "son continuación de la política del Gobierno", ha dicho Aznar. El dirigente ha apostado por ganar competitividad "haciendo un país muy flexible, extraordinariamente abierto, con muchas reformas en el sistema productivo".

"CRISIS DE DIMENSIONES HISTÓRICAS"

El expresidente ha dibujado un panorama desolador de la situación que vive España y ha insistido en las dimensiones de la crisis, que no es solo económica, ha dicho, sino también política y social. En este sentido, ha destacado que España "vive una crisis de dimensiones históricas", con un "desbordamiento institucional" y que "el rumbo histórico se ha torcido con una crisis política de extraordinaria envergadura y una crisis económica y social".

A pesar de reconocer que "España no es Grecia", Aznar ha apuntado que "tenemos los problemas que tiene Grecia" cosa que supondrá, ha augurado, que "las decisiones políticas importantes no se tomarán en España, sino fuera", en alusión a la Unión Europea.

LA "INCAPACIDAD" DEL ESTADO

Dentro de sus pronósticos pesimistas, el expresidente ha asegurado que "en pocos meses" España sobrepasará los cinco millones de parados y que "en dos meses" la Seguridad Social "entrará en un grave problema".

Ante esta perspectiva, ha opinado Aznar, el Estado no podrá aportar soluciones dado que es un Estado "famélico, marginal, incapaz de cumplir las funciones básicas encomendadas". "Si el Gobierno estuviera en la idea de hacer lo que España necesita, difícilmente encontraría las herramientas necesarias", ha remachado, tras insistir en que "el Estado de las autonomías es financieramente insostenible y políticamente residual".

Pese a todo, Aznar confía en que el país "puede salir adelante" y ha apelado al coraje de los ciudadanos.