Baltasar Garzón cree que hoy en el mundo "se mercadea con los cargos públicos, se aceptan regalos e incluso se defiende" que son una costumbre social, lo que hace indispensable un poder judicial capaz de castigar la corrupción, sin olvidar que ésta "también anida con frecuencia en la judicatura".

Estas son algunas de las reflexiones que realiza el juez Garzón en el prólogo del libro "Breve historia de la corrupción", del italiano Carlo Alberto Brioschi, editado por Taurus y que retrata las "proezas corruptivas" de los grandes personajes de la historia.

Garzón asegura que "resulta indispensable un poder judicial fuerte, independiente e inamovible, capaz de investigar y castigar la corrupción por encima de cualquier otra circunstancia, siempre desde la legalidad, pero sin la mediatización de quienes pretenden ejercer un control político sobre él, desde dentro o desde afuera".

El magistrado, suspendido de sus funciones en la Audiencia Nacional el pasado viernes, critica duramente el papel de "algunos medios de comunicación", a los que acusa de tomar posiciones no necesariamente objetivas, sino "encubridoras y entorpecedoras" de la acción de la justicia.

En este sentido, recalca: "asistimos impávidos a una especie de aniquilación moral controlada por algunos medios de comunicación, económicos y políticos que nos hacen olvidar la esencia del compromiso y la responsabilidad como bases del sistema democrático".

A juicio de Baltasar Garzón, la independencia judicial es el baluarte para una adecuada gobernabilidad y debe proclamarse "tanto del poder político" como "del económico".

El juez recuerda que Maquiavelo afirmó que "no sin razón se dice que la voz del pueblo es la voz de Dios", pero se pregunta si hoy en día podemos compartir esta afirmación en un mundo en el que los medios de comunicación "deciden lo que es y lo que no es, en el que se ensalza o humilla por interés político o económico, en el que se defiende o a ataca en función de lo que se obtenga o se pierda".

"La responsabilidad de dichos medios es de tal magnitud que puede afirmarse que de su uso adecuado depende el futuro de una sociedad que, queramos o no, es esencialmente mediática", concluye Garzón, a quien el Consejo General del Poder Judicial ha autorizado a trasladarse a La Haya para ocupar un puesto de consultor externo de la Fiscalía en la Corte Penal Internacional (CPI).