El magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) Antonio Pedreira pidió ayer "cordura" a los implicados en el caso Gürtel en un auto en el que rechaza anular la investigación que inició el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por haber autorizado la grabación de las conversaciones del jefe de esta trama, Francisco Correa, con su abogado en la cárcel de Soto del Real (Madrid).

La petición de nulidad fue planteada por Correa, su lugarteniente Pablo Crespo, y su primo Antoine Sánchez y otros imputados, y estaba avalada por el PP que, desde el principio, ha buscado una vía para enterrar el caso --el resto de los acusados también han pedido la nulidad, pero se han dirigido a los jueces de la sala civil y penal del TSJM sin pasar por Pedreira--. Sin embargo, Pedreira ha respondido con dureza a esta estrategia de defensa.

El magistrado critica a Correa por tildar la actuación de Garzón de prevaricadora. Una acusación que no es baladí, ya que en estos momentos el Supremo tiene que resolver si admite a trámite una querella presentada por este delito por los abogados de la trama.

ESTRATEGIA Pedreira afirma que estas acusaciones a su colega de la Audiencia Nacional "son un exponente de una estrategia que pretende ligar indisimuladamente la suerte procesal de este recurso a la suerte personal" de Garzón y "viceversa". Por ello, el juez opta por realizar "una llamada a la cordura y una rectificación a tiempo" y exige que cesen "las gravísimas acusaciones" lanzadas contra Garzón.

Asimismo, el magistrado del TSJM afirma que la decisión de su colega "no se adoptó arbitrariamente". En su opinión, "la medida estaba justificada porque existían indicios delictivos". Pedreira también sostiene que Garzón respetó el derecho de defensa porque los letrados "no pueden disfrutar de privilegios indiscriminados frente a otras profesiones".

El juez del Tribunal Superior de Madrid afirma que la decisión de Garzón fue correcta porque en este caso se investigan delitos tan graves como el blanqueo de capitales que, "según sólidos indicios, los imputados seguían cometiendo desde el establecimiento penitenciario en el que se encontraban internos". Por ello, rechaza que el objeto de las grabaciones fuera descubrir la estrategia de defensa de los imputados. Y revela que las pruebas contra los imputados se apoyan en otras evidencias.