ETA intentó asesinar a José María Aznar en el 2001 en tres ocasiones con un lanzamisiles, pero un fallo mecánico frustró los atentados. El arma fue trasladada por el etarra Pedro María Olano Zabala, que ayer ingresó en prisión por orden del juez Fernando Grande-Marlaska, que le imputó los delitos de pertenencia a organización terrorista, conspiración para atentar y tenencia de explosivos y armas. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, telefoneó ayer a Aznar para informarle de los planes fallidos de la banda.

En el auto de prisión, el magistrado relata que Olano formó parte de un comando dirigido por Ignacio Irutegoyena, que le captó en agosto del 2000 tras su salida de la cárcel, junto a Juan María Dorronsoro, Gregorio Jiménez y Juan María Mújica. Este talde (grupo de apoyo) tenía por objeto realizar "portes y entregas de material para comandos armados". El grupo comenzó las actividades a principios del 2001 con la recogida de un lanzamisiles en la localidad francesa de Guethary para entregarlo a un comando que tenía que atentar contra Aznar cuando se trasladara al País Vasco para participar en los actos de la campaña de las autonómicas de ese año.

La entrega del lanzamisiles se llevó a cabo en tres ocasiones, "siendo recuperado otras tantas por el no funcionamiento del mismo", según la resolución judicial. La primera vez, el aparato fue entregado en Hernani (Guipúzcoa) para utilizarlo durante la participación del entonces presidente del Ejecutivo en el acto del PP de inicio de campaña en el Palacio Euskalduna de Bilbao, el 29 de abril.

DEVUELTO A FRANCIA El segundo traspaso se llevó a cabo en Oiartzun (Guipúzcoa) y coincidió con la presencia de Aznar en Fuenterrabia el 4 de mayo. La última entrega se efectuó en Burgueta, cerca de Vitoria (Alava), para aprovechar la asistencia del líder popular al acto de cierre de campaña en el polideportivo Sansomendi de la capital alavesa, el 11 de mayo del 2001.

Tras esta última tentativa, el responsable del comando verificó el funcionamiento del aparato, según el magistrado, y comunicó al resto del grupo que "había que devolverlo a Francia" porque no funcionaba. Otras pruebas corroboran esta confesión policial de Olano, que se negó a declarar ante el juez. Sin ir más lejos, ETA reconoció el pasado 29 de mayo en el diario Gara, a través de sus miembros Argi y Gaubeko , que "los misiles para derribar aviones arrebatados a la banda fueron activados en tres intentos de atentado contra Aznar, pero por desgracia, las acciones no cumplieron su objetivo". Asimismo, la Guardia Civil localizó, en sendos zulos ubicados en las localidades francesas de Urrugne y Briscous, dos misiles SAM-7 tras la detención de los máximos responsables de la organización Mikel Albisu, Antza, y Soledad Iparraguirre, Amboto, el 3 de octubre del 2004.

El juez no ofrece más datos de esta acción fallida, pero revela que Olano y el resto de los miembros de ese comando realizaron otra recogida de material a finales del 2002 en la localidad francesa de Ezpeleta y lo entregaron, uno o dos meses después, en un lugar ubicado en una carretera guipuzcoana. El grupo escondía el material que le hacía llegar la organización en un domicilio de Lizartza (Guipúzcoa). Para desplazarse, utilizaba dos vehículos, uno como lanzadera y otro para transportar el material. Los etarras se comunicaban entre ellos con móviles.

Este talde se disolvió después de que Irutegoyena y Jiménez decidieran esconderse en Francia por "estar quemados". Olano y Mújica "se quedaron descolgados" hasta que en el 2006 volvieron a unirse para recoger material que escondían en dos zulos ubicados en la Alberca (Salamanca) y Tolosa (Guipúzcoa). Este último escondite, según Marlaska, puede corresponderse con el hallado por la Guardia Civil en marzo del 2007 tras la desarticulación del comando K-Uraderra.