El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió por primera vez anoche que el caso de la activista saharaui Aminetu Haidar ha provocado una situación de "tensión" entre España y Marruecos, país al que recordó "la exigencia universal" del respeto a los derechos humanos. En un acto sobre la abolición de la pena de muerte, Zapatero reconoció que está resultando complicado hallar una salida a esta crisis diplomática, habida cuenta de que, según el jefe del Ejecutivo, se debe encontrar un equilibrio entre el derecho del Estado marroquí a la no injerencia --que se niega a permitir el regreso de Haidar-- y la obligada reclamación de respeto a los derechos humanos que también asisten a la citada activista, en huelga de hambre para exigir que se le deje volver a casa.

En la búsqueda de ese equilibrio se basa la estrategia española, que intenta convencer a Haidar de que abandone su huelga y, al tiempo, trata de convencer a Marruecos de que acceda a las pretensiones de la saharaui.

Pese a reconocer que la situación es complicada, el Gobierno de Zapatero mantiene, al menos de momento, su plan de potenciar la relación de Marruecos y la Unión Europea durante el próximo semestre. Así lo subrayó ayer el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, que no quiso mezclar este proyecto con el caso Haidar . Pero que el Ejecutivo defienda esta posición en actos públicos no impide que, en privado, recuerde a las autoridades marroquís que España asumirá la presidencia de la UE el 1 de enero y que, por tanto, tendrá un peso decisivo a la hora de negociar para Marruecos el estatus de socio privilegiado con los Veintisiete. El mensaje que se está lanzando entre bambalinas tiene su importancia, especialmente después de que los marroquís hayan amagado con dejar de colaborar en materia de inmigración y seguridad.

CRITICAS Por su lado, el PP ha subido el tono de sus críticas por la supuesta "debilidad" de la política exterior lo que, en opinión de los conservadores, ha favorecido crisis como la que se vive en torno a Haidar. De poco ha servido que Zapatero telefoneara el martes al líder de los populares, Mariano Rajoy, para informarle sobre la evolución de este caso y el secuestro de Mauritania. "Quienes llaman debilidad a apostar por el diálogo entre gobiernos, deberían entender que estos instrumentos son los que proporcionan seguridad en el futuro, especialmente para un país como España, que tiene en Africa una de sus referencias ineludibles", replicó el presidente del Gobierno. Mientras, Haidar sigue sin dar un paso atrás: "A El Aaiún volveré, viva o muerta, pero volveré", sentenció ayer desde el aeropuerto de Lanzarote.