La investigación de la Guardia Civil sobre los sucesos de esta madrugada en Leitza (Navarra), donde un agente ha resultado herido de bala, acumula cada vez más indicios que hacen descartar la hipótesis del atentado, han informado a Efe fuentes de la lucha antiterrorista.

Estas fuentes han añadido que aunque la investigación continúa abierta, toma fuerza la posibilidad de que se trate de un montaje creado por el propio agente ya que se ha constatado que la munición encontrada en el lugar de los hechos es la habitual en la Guardia Civil y no en ETA.

Además, el artefacto localizado con la luz del día a 100 metros de la casa cuartel es un tubo de PVC, que trata de simular un lanzagranadas, y no cuenta con ninguno de los dispositivos que suelen contener estas armas.

También han confirmado, según dichas fuentes, que el disparo recibido por el agente fue efectuado a tan sólo un metro de distancia y que el tiro detectado en su chaleco antibalas no le ha dejado en el tórax el inevitable hematoma que produce este tipo de impactos.

El guardia civil, de 34 años y cuya identidad responde a las iniciales S.M.O., sufre una herida de bala en el antebrazo izquierdo y permanece ingresado en el Hospital de Navarra en un estado "menos grave" tras la operación quirúrgica a la que ha sido sometido por una fractura de cúbito.