La fórmula con la que el senador estadounidense George Mitchell sentó las bases de la negociación que resolvió el conflicto de Irlanda del Norte no puede aplicarse, según el Gobierno de Barack Obama, en la resolución del conflicto del País Vasco. Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos admitió a Europa Press las dudas que suscita en la Administración americana el documento que la semana pasada presentó la izquierda aberzale en el que apelaba a los principios Mitchell para poner fin a la violencia en Euskadi.

40 AÑOS DE LUCHA El portavoz señaló que ambas situaciones --la de Irlanda del Norte y Euskadi-- son "únicas" y que, por lo tanto, "no se puede hacer ninguna comparación entre las dos". El miembro del departamento que dirige Hillary Clinton recordó que el escenario político del País Vasco "ha permanecido bajo la influencia de las acciones del grupo terrorista ETA y que es diferente a la del Ulster porque "el Gobierno de España lleva luchando contra ETA más de 40 años y al grupo terrorista se le atribuyen 800 muertes".

El miembro del Ejecutivo que encabeza Obama destacó que "los servicios de seguridad españoles, en estrecha colaboración con los servicios franceses, han conseguido minar de manera considerable la cúpula de la banda y su capacidad operativa". Sin embargo, añade que el grupo terrorista realiza "esporádicamente atentados con bomba y asesinatos selectivos".

El portavoz subrayó, como uno de los principales inconvenientes para aplicar el plan irlandés, las treguas frustradas que han intentado negociar los gobiernos españoles de distintas ideologías políticas. Además, hizo hincapié en el último alto al fuego que la banda terrorista rompió en el 2006 con una bomba en el aeropuerto de Barajas y que se cobró la vida de dos personas. "ETA y el Gobierno español han mantenido de facto un estado de guerra desde entonces", afirmó la misma fuente.

El posicionamiento del Gobierno norteamericano sobre el texto que la izquierda aberzale presentó el 14 de noviembre, sumado a la reciente resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo que avaló la ilegalización de Batasuna, chocan frontalmente con las aspiraciones del entorno de la banda de terrorista de internacionalizar el conflicto.