La Audiencia Nacional comienza hoy a juzgar a los 11 detenidos en el marco de la operación policial contra el terrorismo islamista que más ha puesto en evidencia las dificultades procesales de las acciones preventivas, pues los sospechosos fueron arrestados por la Guardia Civil antes de cometer ataque alguno. En el banquillo de los acusados se sentarán 10 paquistanís y un indio para quienes la fiscalía y la acusación de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (Acvot) solicitan penas de dos a 11 años de cárcel por participar en la preparación de atentados en el metro de Barcelona en enero del 2008.

La acusación se sustenta en un testigo protegido: F1, un paquistaní que logró infiltrarse entre los talibanes paquistanís y que fue enviado a Barcelona para integrarse en ese comando. En los interrogatorios, todos los detenidos se declararon inocentes. Eso, sumado a la escasez de pruebas, hace que la clave esté ahora en si el testigo protegido comparece o no.