Dos guardias civiles han resultado muertos tras la explosión de una bomba de ETA registrada poco antes de las dos de la tarde junto al cuartel de la Guardia Civil en Palmanova, en el municipio mallorquín de Calvià, han informado fuentes de la lucha antiterrorista.

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Las víctimas mortales, que vestían de paisano, trabajaban en labores de mantenimiento y estaban de servicio en el momento de la explosión. Uno de ellos era de Mallorca y otro era Enrique Saez de Tejada, un joven de Burgos, alumno de la escuela de la Guardia Civil.

La explosión la ha ocasionado una bomba lapa adosada a un coche, activada a distancia y que alcanzó a dos agentes. El delegado del Gobierno en Baleares, Ramon Socías, ha informado en el lugar del atentado de que no se han registrado heridos. El artefacto estaba instalado en los bajos del coche patrulla, un Nissan-Patrol, que llevaba unas cuatro horas aparcado.

Cerca del palacio de Miravent

Cerca de donde se ha producido la explosión se encuentra una oficina de correos y un parque de bomberos. La zona está ubicada a menos de 500 metros de una playa y a pocos kilómetros del palacio de Marivent, donde pasan sus vacaciones estivales la familia real. El próximo sábado prevista la llegada de los Reyes a la isla para iniciar su periodo de descanso en la isla, aunque las infantas Elena y Cristina se encuentran ya allí con sus hijos.

A esta hora, permanecen todos los accesos viarios a Palmanova cortados por controles de la Guardia Civil, que impiden en estos momentos la circulación en la zona donde esta tarde se ha producido la explosión. También hay registros en el aeropuerto de Son Sant Joan, que está cerrado, y en el puerto de Palma que también está cerrado. Varios miles de turistas llegados esta mañana en cruceros -el jueves atracan varios cruceros internacionales- para pasar el día permanecen en tierra sin poder regresar a sus embarcaciones.

El atentado de Burgos

Se trata del segundo atentado de ETA en poco más de 24 horas, después de la explosión de una potente furgoneta bomba contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos, que causó medio centenar de heridos leves e importantes daños materiales.

La bomba lapa fue también el método terrorista utilizado en el último atentado mortal de ETA, cuando la banda asesinó al inspector de Policía Eduardo Puelles en Arrigorriaga (Vizcaya) el pasado 19 de junio.

Desde hacía aproximadamente una semana, las Fuerzas de Seguridad del Estado se encontraban en máxima alerta ante la posibilidad de que ETA perpetrara un atentado inminente. Según informaciones llegadas desde Francia, la banda terrorista había robado tres furgonetas en el país vecino, una de las cuales podía ser la utilizada ayer en el atentado contra el cuartel de Burgos.