Mariano Rajoy ha visto una oportunidad de oro para intentar cohesionar a su partido en un momento de especial dificultad, ya que hoy declarará ante el Tribunal Supremo Luis Bárcenas, responsable de vigilar el dinero de los conservadores y, paradójicamente, también acusado de haber cometido un posible delito fiscal ligado al caso Gürtel . Esa oportunidad de oro que cree tener Rajoy llegó con la reciente publicación de una noticia sobre los regalos que, supuestamente, hizo uno de los integrantes de la trama a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y pasa por hacer resurgir un sentimiento de victimismo entre los conservadores.

Así, el jefe del partido quiere convencer a sus subordinados de que están siendo objeto de una conspiración apadrinada por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y ejecutada por policías filtradores de investigaciones que atañen a los populares. Con esta estrategia, la dirección del PP pretende que sus compañeros de filas pasen de criticar al tesorero Bárcenas por no dimitir a culpar de sus males a Rubalcaba. Si finalmente hay dimisión o destitución, con cortina de humo preparada será menos traumático. Claro que el líder no logra que todos compren el mensaje: Francisco Granados, número dos de Esperanza Aguirre en el PP de Madrid, se desmarcó de esas teorías.

UTILIZACION POLITICA Granados afirmó ayer que él no tiene "ningún indicio" para señalar a Rubalcaba como responsable de las filtraciones. Sin embargo, el PP había enviado el día antes un argumentario interno a sus dirigentes en el que, entre otras cosas, se les animaba a exigir públicamente a los titulares de Interior y Justicia que expliquen "por qué están filtrando o permitiendo que se filtren conversaciones telefónicas realizadas por la policia judicial", como la de Alvaro Pérez, el Bigotes , sosteniendo que compraba bolsos de lujo a Barberá. El PP se ha puesto en contacto con Rubalcaba para hacerle llegar esta queja y, ayer, la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, se reunió con los sindicatos policiales para expresar su "preocupación" por la "utilización política" de la policía judicial. Los sindicatos le dijeron que preferían que no metiera a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en su "pelea" con el Gobierno.

CATALOGO DE REGALOS La realidad es que el equipo de Rajoy ha logrado que se debata sobre regalos y no sobre el futuro del tesorero que hoy acude al Supremo. Ayer, con más o menos sentido del humor, populares como Esperanza Aguirre, Pío García-Escudero y Ana Botella opinaron sobre las dádivas, esquivando el espinoso tema Bárcenas. Tal y como quería la dirección del PP.