Como si de un guía turístico se tratara, el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, ha mostrado hoy a su invitado de honor, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, los dominios de la colonia desde lo más alto del Peñón. En el balcón del llamado "Top of the Rock" (La cima de la Roca), Caruana, Moratinos y su homólogo británico, David Miliband, han estrechado sus manos sonrientes con Gibraltar y la bahía de Algeciras de fondo, en un gesto inédito en los 300 años de litigio por la soberanía de la última colonia de Europa.

En su calidad de anfitrión, Caruana, señalando con la mano, ha explicado a Moratinos desde lo alto de la montaña la perspectiva de la ciudad y de las aguas que la rodean, sobre las que España y Gibraltar tampoco logran ponerse de acuerdo. Los tres ministros han permanecido en el mirador durante cinco minutos, con los medios gráficos de testigo y algunos de los tradicionales monos de Gibraltar observándoles en la distancia.

A pesar de la calima, Moratinos ha quedado encantado de la vista, que abarcaba La Línea de la Concepción, la comarca del Campo de Gibraltar e, incluso, Marruecos. En el mismo mirador y sobre una mesa redonda sin banderas, las tres delegaciones han celebrado a continuación la reunión del Foro de Diálogo.

Ya sin chaqueta por el sofocante calor, Moratinos ha tomado asiento flanqueado por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada, y por el director general para América del Norte y Europa no comunitaria, Luis Felipe Fernández de la Peña. La visita a la "South Terrace" ha sido posterior al almuerzo mantenido en el "Rock Hotel", adonde Moratinos ha llegado después de cruzar la Verja con discreción oculto entre el cristal negro del coche oficial.

De las ventanas de los edificios de las calles por donde ha pasado la comitiva oficial había colgadas varias banderas de Gibraltar y el Reino Unido, algunas de ellas permanentes y otras expuestas para la ocasión. Caruana ha dado el primer apretón de manos a Moratinos a su llegada al hotel, anterior a la de Miliband, con quien se ha encontrado ya en el interior de la sala reservada para el almuerzo.

Al llegar a la Verja, había una veintena de manifestantes con una pancarta en la que se leía: "Por la dignidad de España. No tiremos por la borda 300 años de firmeza". Después de la reunión de trabajo, Moratinos comparecerá con sus colegas en rueda de prensa, punto final de una visita inédita en la que la discusión de la soberanía ha quedado para otro momento.