El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dejó ayer en libertad con cargos a los dos últimos imputados a los que ha citado en relación con el caso Correa , Jacobo Gordon y Ramón Blanco Balín, ex consejero delegado de Repsol. Tras interrogarles los dos quedaron en libertad al no haber pedido para ellos las fiscales anticorrupción Miriam Sánchez y Concha Sabadell ninguna medida cautelar. Están imputados por los delitos de blanqueo de capitales, fraude fiscal, cohecho y tráfico de influencias

El primero en comparecer fue Gordon, ex socio de Alejandro Agag (yerno del ex presidente José María Aznar), quien permaneció dos horas en el despacho de Garzón y a su salida, junto a su abogado, Abraham Castro, no quiso hacer declaraciones.

Tras declarar Blanco Balín ante Garzón durante más de una hora, abandonó el juzgado con su abogado, Esteban Mestre. Al ser preguntado cómo se encontraba, se mostró más explícito que Gordon: "Hasta los huevos". Y afirmó: "Yo no me llevo dinero de nadie ni le he dado dinero a nadie". Además, defendió su trayectoria profesional. "No me gusta que mis hijos pequeños lean en los periódicos que su padre es un delincuente", apostilló.

Garzón tomará declaración hoy al chófer del empresario Francisco Correa --presunto jefe de la trama--, que está entre los 37 imputados por delitos económicos y fue detenido el pasado lunes por orden del juez.