De un militar franquista al fundador del Opus Dei, la organización religiosa que apuntaló a la dictadura. El alcalde de Zaragoza, el socialista Juan Alberto Belloch, está dispuesto, aunque no logre el consenso en su consistorio, a cambiar el nombre de la calle General Sueiro para dedicársela a san José María Escrivá de Balaguer, nacido en Barbastro (Huesca). Belloch defendió ayer su decisión, que sorprendió al Gobierno y enervó al PSOE. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega dijo que el Ejecutivo solo respetará la decisión si la adopta "el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza de forma mayoritaria".

De la Vega no fue más allá, pero recalcó que ese tipo de decisiones deben ser adoptadas en el pleno y con una mayoría amplia. El Ejecutivo no entiende el deseo de Belloch de dedicar una calle a una personalidad como el fundador del Opus Dei, más cercano a colectivos conservadores. Belloch, sin embargo, fue contundente: "A un hombre no se le pone una calle por consenso, sino por méritos, y un santo tiene méritos, nada menos que eso, ser santo". Y añadió que la oposición solo se puede explicar por una actitud sectaria. "Que tengamos una izquierda sectaria es un hecho, pero afortunadamente convivimos otra serie de personas progresistas a los que el sectarismo nos parece lamentable", aseguró.

Los nombres elegidos para los cambios en las calles de Zaragoza, en aplicación de la ley de memoria histórica, han sido consensuados por los grupos del consistorio salvo el de Escrivá de Balaguer, reprobado por Chunta Aragonesista e IU. El concejal de IU, José Manuel Alonso, anunció una recogida de firmas para rechazar el nombre. El argumento de Alonso es que "es intolerable que el alcalde, acogiéndose a esta ley, proponga el nombre de un personaje y una organización que mantenían estrechos lazos con el régimen franquista".