Mariano Rajoy anunció ayer en el foro del PP Queremos que se disponía a lanzar un mensaje especial. "Hoy por ayer quiero hacer un discurso distinto, un discurso para una época de crisis". Fue la primera frase que dirigió a un auditorio en el que logró crear expectación. Rajoy iba a decir algo nuevo sobre la crisis económica pero, obligado por las circunstancias, también sobre la nueva crisis que vive su partido por la supuesta red de espionaje en Madrid. "Me comprometo a garantizar la unidad y la cohesión del PP, pase lo que pase", enfatizó ante Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón.

Rajoy, que ha ordenado abrir una investigación interna sobre la trama de espías, quiere que sus compañeros se dediquen a hablar de paro y de números, y no de dosieres. Y el aviso incluye a Aguirre y a Ruiz-Gallardón.

LISTADO DE REPROCHES La presidenta, que debía barruntar el tirón de orejas que le iban a dedicar, se adelantó a su jefe y ordenó a su consejero y portavoz en el PP madrileño, Juan José Güemes, que arremetiera, antes de que Rajoy comenzara a hablar, contra El País . Güemes, obediente, convocó a la prensa para dejar una reflexión en el aire: apuntó que el grupo Prisa publica informaciones contra Aguirre para conseguir el favor de Caja Madrid y, así, solucionar sus problemas económicos.

Así que, cuando el líder subió a escena, la polémica sobre los espías, la incorporación del veterano Alvaro Lapuerta a la lista de espiados y la virulencia de la reacción de Güemes eran ya comentarios generalizados.

Pese a ello, se esforzó en llamar la atención con un elaborado discurso que, a muchos, recordó en algún momento expresiones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Rajoy invitó a los suyos a "pegarse a la piel del país" para entender que la crisis "tiene caras". "La crisis son esos ciudadanos convertidos en justos que pagan por los pecados de otros", sentenció.

GRANDEZA Además, encadenó toda una retahíla de reproches plasmada en frases que, una tras otra, se abrían paso encabezadas con un "yo le reprocho el Gobierno" y se cerraban con la coletilla "y muchos españoles también se lo reprochan". ¿El qué? Pues, según dijo, la mentira, el malhacer y la soberbia de unos socialistas que no ofrecen soluciones. Frente a eso, Mariano Rajoy convoca a "un nuevo patriotismo" basado en la recuperación de principios y valores, junto al culto a la austeridad y la sencillez.

"La crisis va a ser larga y dura", auguró el líder del PP, que añadió, sin embargo, que su partido es ahora esperanza y referente para la sociedad. Eso sí, reclamó a sus dirigentes que, para seguir siéndolo, demuestren responsabilidad y grandeza, poniendo el interés del PP y, sobre todo, el de los españoles, por encima de ellos mismos. "Y, si no, ¿para qué estamos aquí, para tener un cargo?", se preguntó. Y les pidió que le sigan, porque él, dijo, sabe lo que hace.