Las elecciones europeas pueden ser un buen barómetro para calibrar si la crisis hace mella en el Gobierno, pero también para vislumbrar el futuro del PP. El líder de los populares, Mariano Rajoy, trató ayer de desvincular los resultados de su inmediato futuro político. Aseguró, así, que no piensa dimitir aunque el PP fracase en los comicios, una declaración de principios que no comparte ni el sector crítico en el seno de su partido, ni tampoco su núcleo de colaboradores. Rajoy recordó, en cambio, que fue elegido "recientemente" por un congreso del partido y que su mandato es "para tres años".

Rajoy, en una entrevista en la Ser, se mostró convencido de que el PP "va a ganar las elecciones europeas y las gallegas", pero descartó, en caso de que ocurra lo contrario, convocar un congreso extraordinario del partido para elegir un nuevo presidente. Esa es su posición, pero no la del grueso de la dirección de su partido, que ha comenzado a movilizarse. El diputado del PP y ex ministro Federico Trillo aseguró el viernes que los populares deberían iniciar "un proceso de reflexión" que explique por qué está por debajo del PSOE. Trillo consideró que las europeas, que se convocarán en junio, serán "un buen momento para hacer balance". "Esas elecciones nos dirán si estamos en la buena vía o hemos de volver a empezar", añadió.