José Luis Rodríguez Zapatero respiró ayer tranquilo cuando el Congreso votó en su primer trámite los presupuestos del Estado para el 2008, los últimos de la legislatura. Pese a los riesgos de un revés que hubiera perjudicado la imagen del Gobierno a cinco meses de las generales, el PSOE evitó la devolución del proyecto por solo nueve votos de diferencia. El año pasado lo hizo por 25.

En su ofensiva por captar adeptos, los socialistas recompensaron la abstención de ICV con lo que consideraron un blindaje de la metodología de inversiones en Cataluña acordadas por el Gobierno y la Generalitat.

Los esfuerzos por conseguir también el respaldo de ERC, ofreciéndole el mismo acuerdo, resultaron infructuosos, pese a que en la tarea se implicaron el propio Zapatero y la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. El objetivo era evitar la imagen de que los presupuestos se salvaban gracias a un PNV en plena ofensiva soberanista y a dos tránsfugas : Joaquín Calomarde, ex miembro del PP, y Román Rodríguez, ex de CC, además del BNG y CHA.

DESPISTE Al final estos fueron sus apoyos. Pero la abstención de ICV, el despiste de un diputado del PP que votó contra los suyos y la ausencia de tres conservadores --uno por enfermedad y otros dos que no se presentaron a la votación pese a haber ido al debate-- permitieron a los socialistas la victoria frente a los vetos del PP, CiU, ERC, IU, CC, EA y Na-Bai. Empeñados en tumbar los presupuestos, los conservadores se movilizaron hasta el punto de presentarse en el hemiciclo María Salom, que tomó un avión desde Palma (Mallorca) a solo una semana de dar a luz, y Rogelio Baón, aquejado de una grave enfermedad.

"Son cuatro presupuestos; una legislatura de estabilidad completa", comentó sonriente el presidente a los periodistas al concluir la sesión. La proximidad de las elecciones condicionó un debate en el que el vicepresidente Pedro Solbes defendió hasta el último momento sus cuentas, pese a que durante la jornada le comunicaron el fallecimiento de un hermano.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, tachó de "electoralista" el presupuesto y calificó de "pusilánime" al ministro Solbes por "plegarse" a Zapatero y defender unas cuentas en las que no cree. El vicepresidente reprochó a Rajoy su discurso "apocalíptico" y le advirtió de que esa actitud no genera confianza en la economía española.