El PP logró lo que quería. El desliz verbal del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, llegó ayer hasta el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se vio empujado a corregir las palabras del miembro de su Gabinete y repetir lo que ya parece un mantra: "No hay ninguna expectativa de diálogo con ETA".

El jefe del Ejecutivo reconoció que de las palabras de Bermejo podría entenderse lo que la oposición ha querido entender: que el Ejecutivo no cierra la puerta a otro proceso de negociación con la banda terrorista. "Se podía desprender esa lectura, pero no se debe desprender", afirmó ayer en Lisboa, tras la reunión del Consejo Europeo informal. "El único destino que tiene ETA es el fin de su actividad, el abandono de las armas y durante ese periodo lo que va a tener es la fortaleza del Estado de derecho, de las leyes, la justicia y de las fuerzas y cuerpos de seguridad", declaró.

Bermejo hizo las controvertidas declaraciones el pasado miércoles, durante la sesión de control al Gobierno. Es cierto que el ministro afirmó que "se volverán a dar las condiciones" para poder dialogar con ETA con el beneplácito del Congreso, pero también dijo otras frases que el PP ha obviado: "La política volverá a poder contribuir al fin de la violencia; incluso me alegraría aunque fueran ustedes los que estuvieran gobernando, lo que pasa es que por el camino que van... largo se lo fían".

"UNA POLEMICA ARTIFICIAL" La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ayer quiso también zanjar el debate abierto: "Las posibilidades de alcanzar la paz de forma dialogada las enterró ETA bajo los escombros de la T-4". De la Vega insistió en que la posición del Gobierno es "inequívoca" y pidió que no se creen "polémicas estériles y artificiales".

En este sentido aprovechó para criticar que el PP intente hacer un uso partidista del terrorismo y calificó esta estrategia de "error e irresponsabilidad". Y fue más lejos: "No hay ningún escenario que no sea acabar con ETA, lo responsable es no volver a hablar sobre el tema, no hacer de la lucha antiterrorista un elemento electoral. Arrancar, no votos, sino acabar para siempre con la violencia terrorista".

Pero no parece que los populares estén muy dispuestos a apartar el terrorismo de la pugna electoral. El responsable de interior del PP, Ignacio Astarloa, después de calificar al ministro Bermejo de "gran deslenguado", añadió que el PP "nunca jamás va a cometer el error espantoso de volverse a sentar con representantes de los encapuchados". Según Astarloa, España estaba derrotando a la banda hace tres años y medio y los socialistas, "en lugar de gestionar el final con sentido común, negociaron políticamente con los señores de las pistolas". "Aún hoy el PP está preocupado con la gestión que se hace desde el Gobierno de la lucha antiterrorista a pesar de que el diálogo está roto", dijo.