La estrategia de la tensión desplegada por el PP contra la política antiterrorista del Gobierno irrumpió de forma violenta la noche del martes en la precampaña de las elecciones locales de Castellón. La presencia del secretario de organización del PSOE, José Blanco, en la presentación de los candidatos socialistas a las alcaldías fue aprovechada por un grupo de militantes del PP, que intentaron reventar el acto y descargaron contra él su ira por la excarcelación del etarra Iñaki de Juana Chaos.

La comisión ejecutiva federal del PSOE exigió ayer al PP que suspenda de militancia a su líder juvenil en la provincia, Mariano Sardina, presente en la protesta. Sardina, miembro de la ejecutiva del PP de Castellón, estaba acompañado de miembros de Nuevas Generaciones y de otros militantes populares convocados por el boca a boca y mensajes de móvil, según ellos mismos admitieron.

El medio centenar de congregados esperaban la llegada de José Blanco en la plaza de la Pau, a las puertas del Teatre Principal, bajo vigilancia de numerosos policías. Conforme el ambiente se caldeaba, los gritos pasaron de pedir la "dimisión" del presidente Rodríguez Zapatero, a descalificaciones como "cobarde" y "embustero", hasta llegar a acusarlo de "terrorista".

Como ya hizo el presidente en Lorca (Murcia) el pasado domingo al evitar una visita al ayuntamiento para no toparse con miembros del PP y de Falange que lo tacharon de "anticristo", José Blanco esquivó los intentos de agresión entrando por la puesta trasera del recinto. Pero los gritos y los insultos fueron audibles durante el mitin, y a la salida unos cuantos exaltados se situaron en la puerta trasera para despedir a José Blanco entre gritos de "asesino".

La policía evitó que durante la salida de los militantes socialistas del teatro se produjeran enfrentamientos físicos, pero no que se encararan e insultaran mutuamente. Separados por apenas un metro pero unidos por intensas miradas de odio, unos y otros acabaron dando vivas a España y compitiendo por ver quién de los dos grupos gritaba con más fuerza.

El PSOE instó ayer al PP a investigar qué cargos populares estaban presentes en los altercados y a "condenar el linchamiento". El número tres del PP valenciano, Ricardo Costa, se limitó a calificar los hechos de "protesta espontánea de un grupo de ciudadanos contra las actuaciones del presidente del Gobierno".