Bienvenido, señor Bono; gracias España", rezaba la pancarta colgada de la puerta del humilde hospicio San José de Rawalpindi (Pakistán) con la que las monjas españolas Juana y Pilar agradecieron las cajas de material sanitario que les entregó ayer el ministro de Defensa, José Bono, antes de emprender viaje de regreso a Madrid tras la gira navideña que ha realizado estos días para visitar a las tropas en los Balcanes y Pakistán.

MISIONERAS ESPAÑOLAS Bono agradeció la acogida de las misioneras franciscanas que ya llevan 50 años en el país asiático y visitó al medio centenar de enfermos a los que atienden, mientras los soldados descargaban el camión con el material. Sor Juana, de Zarautz (Guipúzcoa), contó cómo llegaron aquí en el año 1947: eran tres misioneras y a los seis meses de su llegada mataron a una compañera en Cachemira, pero sor Juana y Pilar Ulibarrena, de Olite (Navarra), prosiguieron la misión de ayudar a los pobres. Junto a otras religiosas de distintas nacionalidades, atienden a 900 niños.

Las religiosas explicaron que después de los atentados del 11-S, y la posterior persecución de los terroristas islamistas que tienen en Pakistán su principal caldo de cultivo, encuentran mayores dificultades para obtener donativos. De ahí que entregaran a los informadores que acompañaban al ministro un papelito con el número de cuenta corriente 267891849.01 del Standard Chartered Bank. También les pidieron que agradecieran vivamente el material entregado: colchones de agua, una incubadora, una fotocopiadora, vitaminas, vendas, tensiómetros, pastillas depuradoras de agua y medicamentos varios.

Bono se entrevistó la noche del martes con el primer ministro paquistaní, Shaukat Aziz, quien le agradeció el apoyo de los soldados españoles en la zona de Cachemira asolada por el terremoto y se comprometió a estrechar la cooperación contra el terrorismo. Bono también aprovechó la entrevista con su homólogo Rao Sikandalr para ofrecer formación a los militares paquistaníes y optar a la construcción de submarinos.

Mientras, la Armada estadounidense salió ayer al paso de las acusaciones del PP y del diario El Mundo para certificar que la fragata española Alvaro de Bazán , incluida en el grupo de combate del portaaviones estadounidense USS Theodore Roosevelt "no participó en ninguna misión dentro de aguas territoriales iraquíes" ni estuvo implicada en los combates lanzados por los aviones que tienen su base en el Roosevelt .

"NADA QUE VER" Un portavoz estadounidense, el comandante Jeff Breslau, aseguró a la agencia Europa Press que la fragata "no tuvo nada que ver con ninguna misión dentro de las aguas territoriales iraquíes".

El portavoz precisó que las fuerzas que operan en el área del golfo Pérsico, el mar Rojo, golfo de Omán, golfo de Adén y parte del Indico se estructuran en tres fuerzas combinadas (Combined Task Force, CTF) cuya composición varía "frecuentemente", en función de la "situación en curso, las amenazas o las misiones". Breslau precisó que la fragata española trabajó "en aguas internacionales en el centro y el sur" del golfo Pérsico, fuera de la zona de operaciones contra Irak.

El Gobierno, a través del secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, explicó que Bono responderá, a su regreso de Pakistán, cualquier pregunta sobre la fragata.