El Ministerio de Exteriores enmendó ayer al titular de Defensa, José Bono, a cuenta de la situación de Francisco Larrañaga, un español de 27 años condenado a muerte en Filipinas por dos asesinatos que niega haber cometido. Bono comunicó ayer a la familia de Larrañaga que la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, con la que se reunió ayer en Manila, se comprometió a que el joven no será ejecutado mientras ella esté en el cargo.

Sin embargo, horas después, Exteriores subrayó que la promesa de Macapagal no supone ninguna novedad ya que data de septiembre pasado. Entonces, en Nueva York, el ministro filipino de Exteriores, Alberto Rómulo, explicó a su homólogo español, Miguel Angel Moratinos, que Filipinas no ejecutará a ningún condenado a muerte durante el mandato de Macapagal. Moratinos lo comunicó a la familia del condenado, con la que Exteriores se puso ayer en contacto para aclarar que no había cambios en la situación de Larrañaga.

El abogado del joven, Javier Viada, calificó de "esperanzadoras" las gestiones de Bono, pero precisó que lo necesario no sólo es que se conmute su pena de muerte, sino que quede en libertad. La familia del joven recordó que la presidenta tiene la potestad de anular la condena a muerte y pidió que lo hiciera.