Con 35 días de vida, el Gobierno catalán atraviesa una gravísima crisis. La noticia de la reunión que el consejero jefe, Josep Lluís Carod-Rovira, mantuvo con ETA a principios de mes desembocó anoche en un choque entre el presidente de la Generalitat catalana y del PSC, Pasqual Maragall, y el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, después de que éste instase a Maragall a aceptar la renuncia de Carod a su cargo.

El PSC, por medio de su portavoz, Miquel Iceta, desestimó la petición de Zapatero que dijo "respetar profundamente". Iceta recordó que es a Maragall, como presidente de la Generalitat, a quien compete nombrar y cesar a los miembros de su Gobierno, a la vez que remarcó que el PSC respaldará "totalmente" las decisiones de Maragall.

Carod puso su cargo a disposición de Maragall al ver que la tormenta desatada podía "erosionar" al Gobierno catalán, pero Maragall lo rechazó. Aunque no se facilitó ninguna explicación oficial sobre la decisión del presidente catalán, fuentes consultadas la vinculan con el complicado juego de equilibrios que hizo posible la formación del tripartito y el reconocimiento de los riesgos que comportaría la marcha del consejero jefe.

EJECUTIVA FEDERAL La información sobre el encuentro de Carod con ETA publicada ayer en el diario Abc se convirtió en el único tema abordado en la reunión de la ejecutiva federal del PSOE. Desde un primer momento la cúpula socialista exigió la renuncia de Carod. Zapatero, en público, dijo que la solución tenía que tomarla Maragall y, fue al constatar que éste no aceptaba la dimisión, cuando el líder del PSOE divulgó, ya por la noche, su exigencia.

Maragall, que hoy hará una declaración oficial sobre el tema, se limitó a criticar el encuentro del consejero jefe con ETA y le retiró "las competencias que le fueron otorgadas en el Consejo Ejecutivo del 20 de enero en materia de supervisión de los asuntos exteriores de la Generalitat".

El diario Abc informó ayer que Carod-Rovira se reunió a finales de diciembre del 2003 con miembros de la cúpula de ETA. El propio consejero jefe confirmó la existencia de esta reunión, pero precisó que lo hizo para pedir una tregua en toda España. Según el diario, a cambio de que ETA dejara de matar, ERC haría "una declaración independentista y cobertura a la izquierda radical vasca", extremo que negó el republicano.

MANIFIESTO POR LA PAZ Carod compareció en la sede de ERC acompañado de varios de los firmantes, en el 2002, de un "manifiesto por la paz y la libertad", en el que se abogaba por una vía pacífica para acabar con ETA.

En su comparecencia, Carod explicó que su reunión tenía como objeto la búsqueda del diálogo y de la paz, aunque reconoció que "siendo consejero jefe, quizá no lo tendría que haber hecho". A lo largo del día, Carod reiteró sus disculpas por las consecuencias negativas que la reunión podría podría acarrear al tripartito e insistió en que no había advertido a Maragall de su reunión por entender que era una cuestión que sólo vinculaba a ERC.

Los socialistas catalanes, al conocer la noticia, emitieron un comunicado oficial de su partido en el que se califica de "error gravísimo" la reunión con ETA. Tan sorprendidos como sus socios de Gobierno estaban los miembros de la dirección de ERC que se enteraron del encuentro de Carod con ETA por los informativos radiofónicos matinales. El enfado también era palpable en ICV-EUiA, el tercer socio del Gobierno.