Por primera vez en lo que va de campaña, Pasqual Maragall, que contó ayer con el apoyo del secretario general del PSOE de Aragón, Marcelino Iglesias, pidió ayer el voto de los electores de CiU que "se sienten defraudados por la agresividad que emplean sus dirigentes". El candidato del PSC afirmó que la federación nacionalista ha perdido la confianza de sus electores porque éstos han comprobado que sus líderes "han perdido los estribos", han caído en "insultos" y han "perdido la moderación".

A juicio del candidato socialista, esta situación ha provocado que exista "una legión de indecisos" entre los nacionalistas, a los que invitó a darle su confianza para afrontar "la segunda etapa de la Cataluña democrática".

Maragall anunció que si gobierna complementará todas las pensiones no contributivas para "asegurar que ningún pensionista tenga unos ingresos mínimos inferiores a 361 euros mensuales y equiparó esta propuesta con la política que lleva a cabo el Gobierno socialista de Andalucía.

Mientras, el candidato de CiU, Artur Mas, acusó a ERC de "no ser fiel a sus valores" por plantearse apoyar a Maragall de presidente.

LA LLAVE DE LA GENERALITAT

El líder del PP, Mariano Rajoy, y el candidato popular a la Generalitat, Josep Piqué, apelaron al voto del miedo a "los independentistas" de ERC y advirtieron de que apoyar al PSC o a CiU es "dar la llave" de la Generalitat a Josep Lluís Carod-Rovira.

En su discurso, Rajoy desacreditó el programa de Maragall comparándolo con el de Rafael Simancas, el candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid que perdió frente a la popular Esperanza Aguirre. "Está haciendo lo mismo que hizo Simancas, si la campaña dura una semana más y Maragall cumple todo lo que promete, todos los que están aquí son ricos", dijo en referencia a propuestas como subvencionar el 50% del alquiler a los jóvenes, que equiparó a la promesa de Simancas de transporte público gratis. Según Rajoy, compromisos como ése sólo pueden cumplirse "poniendo los impuestos por las nubes" y generando un déficit "colosal".

Carod-Rovira, objetivo de los mensajes de CiU y PP, admitió ayer que sólo aceptará formar gobierno con Maragall o con Mas si él ocupa el puesto de presidente de la Generalitat o, en su defecto, el de consejero jefe. De lo contrario, avisó, no habrá pacto.