En el 2005. En ese año los vascos votarán en referendo si desean una "libre asociación" de Euskadi con España, si se cumplen las previsiones que ayer hizo el lendakari. Juan José Ibarretxe anunció que, justo dentro de un año, en septiembre del 2004, someterá su plan a la aprobación del Parlamento vasco. Si logra concitar el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara, se dará seis meses para negociar con el Estado. Sea cual sea el resultado, Ibarretxe someterá su propuesta a una consulta siempre que ETA haya dejado de matar. Para entonces, Euskadi estará inmersa en las elecciones autonómicas.

El calendario está servido. Aunque el proyecto relatado por el lendakari no contuvo sorpresas respecto al esbozo que hizo el año pasado, las expectativas que desató el debate quedaron colmadas con la revelación de nuevas marcas en el almanaque político de Euskadi. Siguiendo sus plazos, la convocatoria del referendo deberá decidirse hacia mayo del 2005, para cuando están previstas las elecciones en Euskadi. Con este camino, aseguró Ibarretxe, se abre "la etapa post-ETA".

"NO ES UN INVENTO"

El plan Ibarretxe --"que no es ningún invento ni el sueño de una noche de verano", según su autor-- recoge el derecho del pueblo vasco a la autodeterminación y a decidir su futuro político en un referendo. El peneuvista Joseba Egibar lo resumió así: "Queremos ser propietarios, no realquilados en España", El nuevo "estatuto de libre asociación", cuyo texto será aprobado por Vitoria el 25 de octubre, incluye la nacionalidad vasca, compatible con la española, y proclama que el pueblo vasco incluye Euskadi, Navarra y el País Vasco francés. Enumera, además, competencias nuevas y crea un Poder Judicial propio.

Pero hasta que se lleve a cabo la consulta, surgen importantes interrogantes que Ibarretxe no despejó en sus dos horas largas de discurso. Para que se apruebe dentro de un año el plan soberanista en el Parlamento vasco y por mayoría absoluta, Ibarretxe necesita apoyos que la oposición le negó ayer. Sólo Batasuna combinó las críticas con la mano tendida. Arnaldo Otegi aseguró que ese plan no es el suyo, pero ofreció a todos los partidos que comparten sus líneas generales sentarse a negociar. Sólo se mostró dolido porque el PNV crea que ha neutralizado el mensaje de Batasuna. "¡Pero si hemos ganado el debate!", exclamó, tras recordar que ellos llevan 24 años reclamando la "defunción" del Estatuto de Gernika.

Aunque el contenido del proyecto expuesto ayer es muy similar al de hace un año, el lendakari ha edulcorado el lenguaje ante la necesidad de buscar apoyos en las filas socialistas. Por ejemplo, ha desaparecido la referencia a la "soberanía originaria" del pueblo vasco, que los constitucionalistas consideran incompatible con la Carta Magna. Respecto al borrador del proyecto que se filtró en julio, Ibarretxe eliminó referencias a una "segregación" de Euskadi. Sí las hizo Egibar, quien avisó al PP de que si el Estado se niega en redondo a negociar, al País Vasco sólo le quedará "la declaración unilateral" de independencia.

APELACIONES AL DIALOGO

Esta vez, Ibarretxe ha incluido numerosas apelaciones al diálogo. Sirva ésta como botón de muestra: "Todo su contenido (del plan), desde la primera coma, es susceptible de ser modificado si aglutina más consenso".

Pese a la moderación retórica del lendakari, el socialista Patxi López fue nítido: "Les digo que pierdan toda esperanza de llegar a algún acuerdo en base a su plan con nosotros". López reprochó al lendakari que apenas dedicara tiempo en su discurso a explicar cómo piensa combatir a ETA. Mientras, Mayor Oreja definió el plan Ibarretxe como "la herencia política de ETA", el "precio" que el PNV "desea pagar a ETA".