El Gobierno no quiere que el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Jorge Dezcallar, aborde la cuestión de Irak en su primera comparecencia en la comisión de secretos oficiales del Congreso, que tendrá lugar hoy. La ministra de Exteriores, Ana Palacio, ya dijo el jueves pasado que "la comparecencia de Dezcallar es sólo para informar de los gastos reservados".

Los portavoces de la oposición van a la reunión dispuestos a hacer valer el control parlamentario sobre los servicios secretos fijado en el artículo 11 de la ley reguladora del CNI. Quieren conocer las evaluaciones, notas e informes de los servicios secretos sobre las armas de destrucción masiva y las relaciones del régimen iraquí con Al Qaeda.

LA PUERTA DEL INFIERNO

El CNI conoció y evaluó el famoso informe Blair y se abstuvo de ratificar la existencia de arsenales de destrucción masiva y la operatividad para lanzarlas en 45 minutos en las notas verbales y escritas que Dezcallar transmitió a José María Aznar y al entonces vicepresidente Mariano Rajoy como presidente de la Comisión de Inteligencia.

Hace un año, Dezcallar citó información de EEUU sobre las "allegadas relaciones entre Irak y Al Qaeda", valoró la posición europea de dar tiempo a los inspectores y se hizo eco del mensaje de la Liga Arabe: "La intervención militar equivale a abrir las puertas del infierno".