El Gobierno enfrió ayer la polémica sobre Gibraltar suscitada por el secretario de Estado británico para Europa, Denis MacShane, que el domingo comparó la situación de esta colonia con Ceuta y Melilla. Ana Palacio, ministra de Asuntos Exteriores, calificó estas afirmaciones de "irrelevantes" y aseguró que las negociaciones sobre el futuro del Peñón "se encuentran en una fase muy avanzada." En las conversaciones, siguió Palacio, "se están perfilando cuestiones de detalle, pero también de gran importancia."

Palacio, que acompaña a los Reyes en su visita a Bulgaria, añadió que "como en toda negociación, nada está cerrado hasta que todo está cerrado".

La ministra evitó hacer un juicio de intenciones sobre los motivos de las palabras de MacShane y aceptó una declaración de ayer del Foreing Office que manifestó el "compromiso" de Londres por resolver esta cuestión dentro del Proceso de Bruselas, abierto en 1984. Fuentes diplomáticas españolas indicaron que se da por hecho que no se puede imponer una solución a espaldas de los gibraltareños.

SORPRESA POR EL TONO

El Ejecutivo español mostró ayer su "sorpresa" por las palabras de MacShane, sobre todo, al producirse tras un encuentro con su homólogo español, Ramón de Miguel. Exteriores y el número dos del PP, Javier Arenas, calificaron de "poco afortunada" la comparación del Peñón con Ceuta y Melilla, informa M. Jansa.

El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, acusó al Gobierno de defender mal los intereses de España porque, tras más de un año de negociaciones con el Ejecutivo de Tony Blair, la situación "está peor que al principio".