EL CONFLICTO VASCOINFOR

El ´annus horribilis´ de ETA

El ´annus horribilis´ de ETA

El ´annus horribilis´ de ETA

Amenos que se produzcan sorpresas trágicas en lo que resta del año, el 2002 será recordado por los excelentes resultados en la lucha contra ETA debidos, en gran parte, a la eficacia policial y la colaboración francesa. En lo que va de año, ETA ha asesinado a cinco personas, frente a 15 el año anterior.

MENOS ATENTADOS Y

CON MENOS VICTIMAS

José María Aznar ha dicho más de una vez que el Estado está ganando la guerra a ETA. Los hechos parecen darle la razón: aunque la banda ha seguido matando, su capacidad operativa ha sufrido una gran merma en el 2002 respecto a los dos años anteriores. En el ámbito doméstico, la mayor coordinación de la Policía y la Guardia Civil han sido determinantes en el cerco a ETA, según fuentes del Ministerio del Interior.

Al acabar la tregua, a finales de 1999, la banda reemprendió su actividad con intensidad aterradora. En el 2000 perpetró 45 acciones que dejaron un reguero de 23 muertos. Las fuerzas de seguridad multiplicaron al año siguiente las desarticulaciones de comandos, pero los resultados no se plasmaron con igual intensidad: ETA asestó 43 golpes y asesinó a 15 personas.

La tendencia cambió de modo radical en el 2002. Mientras que las desarticulaciones y detenciones se han mantenido sobre el nivel del año pasado, los golpes de la banda han caído a la mitad y los asesinatos, a un tercio. Algunos atentados se han frustrado por fallos técnicos, lo que, a juicio de los expertos, evidencia la "inexperiencia" de los etarras incorporados últimamente.

ETA intentó convertir las vacaciones veraniegas en un infierno. Un coche bomba en Santa Pola (Alicante), que mató a una niña y a un transeúnte, afectó al turismo. Ahora los etarras han pretendido sembrar de sangre las Navidades, colocando bombas en grandes superficies en Madrid. El guardia civil Antonio Molina interceptó el coche en que llevaban la carga asesina y evitó la masacre, pero lo pagó con su vida. Es, de momento, la última víctima de la banda terrorista.

EL EXTERIOR DEJA DE SER UN

REFUGIO DE LOS CRIMINALES

La colaboración exterior desempeña un papel decisivo en el cerco a ETA. La ayuda de Francia --otrora refugio de terroristas-- vive un "momento de esplendor", según una fuente de la lucha antiterrorista.

Nunca antes la policía francesa se había mostrado tan activa contra los etarras que residen en ese país. Hay muchos ejemplos: en enero fue descubierto cerca de Pau un enorme arsenal; en mayo, cayeron tres exmiembros del comando Madrid ; en junio fue hallado en Toulouse un centro logístico...

Pero los mayores éxitos se han cosechado en operaciones conjuntas de las policías de ambos países. Quizá el golpe más importante ha sido la detención, cerca de Burdeos, del máximo jefe militar de ETA, Antonio Olarra Guridi, y de su número dos, Ainhoa Mujika Goñi. Los dos países han establecido patrullas conjuntas a ambos lados de la frontera.

No sólo Francia ha aumentado la presión sobre ETA. Países iberoamericanos con fuerte presencia de refugiados etarras, y que han mantenido siempre cierta simpatía hacia el separatismo vasco, han empezado a cambiar. Es el caso de México, Venezuela y Argentina.

El día 16, Venezuela expulsó hacia España a Sebastián Echániz Alcorta, que participó en los años 80 en 17 asesinatos. En noviembre, México entregó a José Antonio Borde Gaztelumendi, a quien se le atribuyen 16 asesinatos entre 1978 y 1983.

´CACHORROS´ Y VETERANOS,

TODOS LLAMADOS A FILAS

Los expertos en la lucha antiterrorista no sólo recurren a las estadísticas para dictaminar que ETA está débil. También se basan en la forma que emplea ahora la banda para seleccionar a sus activistas, ya sea incorporando a muchachos inexpertos de la kale borroka (violencia callejera) o llamando a filas a veteranos militantes en semiretiro.

El 17 de octubre, la policía francesa descubrió en Hendaya una empresa presuntamente implicada en las finanzas de ETA. Entre los seis detenidos figuraban José Antonio Zurutuza Sarasola, Ricardo Pujana Alberdi y Francisco Lareki Dorronsoro, que habían regresado de México tras ocultarse allí durante varios años. Zurutuza Sarasola fue dirigente de los Comandos Autónomos Anticapitalistas en Euskadi desde 1978 a 1985.

También en octubre, fue detenido en Irún (Guipúzcoa) a Arkaitz Melchor, de 22 años, liberado (a sueldo de ETA) con antecedentes en la kale borroka .

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