Yolanda Almagro, nacida en Jaén pero 'cordobita'

El nombramiento de Yolanda Almagro (Jaén, 1972) como candidata de Vox a la Alcaldía de Córdoba causó sorpresa y revuelo a partes iguales en su partido (ocasionó incluso la dimisión del entonces presidente provincial, Alejandro Hernández). La razón de aquella agitación fue la decisión de la dirección nacional de poner en los carteles electorales una cara distinta a la de quienes habían sido los portavoces de Vox en el último mandato: Paula Badanelli y Rafael Saco que, finalmente, son los números 2 y 3 de la candidatura.  

Yolanda Almagro no era, sin embargo, una desconocida en el partido de Santiago Abascal, ya que tomó parte activa en su constitución en Córdoba allá por el año 2014 y formó parte de la primera dirección provincial. De hecho, ésta no es la primera vez que se presenta con estas siglas a unos comicios, puesto que ya fue número 1 en la cita de las andaluzas de 2015. 

Profundamente religiosa, fue una estudiante inquieta y una bailarina en ciernes que venía al Conservatorio de Córdoba a examinarse. Estudió guitarra, estuvo en un tuna de mujeres y devoraba libros semanales. Se autodefine como una mujer dura a la que le gusta el trabajo en el campo y que presume de los orígenes humildes de sus abuelos jornaleros. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Sevilla, ciudad de la que se confiesa enamorada y en la que conoció al que sería su marido, un cordobés con el que tiene tres hijos ya adolescentes. Aunque Yolanda hizo algunos pinitos como periodista --escribió una columna periódica en Abc titulada Soy cordobita--, su interés por la economía la llevó a hacer unas pruebas para el BBVA, donde ha trabajado como directora de oficina durante 25 años. 

Actualmente vive en una casa-patio en el barrio de San Lorenzo, que rehabilitó con mimo. Entiende que esa es «la mejor forma de defender» las declaraciones como Patrimonio de la Humanidad que disfruta Córdoba. Es hermana de la hermandad de San Rafael y miembro del Club Liberal, y se confiesa amante de la historia del arte, el senderismo, el tenis y los animales. 

 En su perfil de redes sociales hay que incluir un patinazo a cuenta de la elección de Córdoba como sede de la base logística del Ejército, cuando Almagro, posiblemente dejándose llevar por la querencia al terruño, criticó «las adjudicaciones caprichosas y a dedo» y abogó porque fuera Jaén la elegida. Más tarde matizó aquellas palabras.