Las elecciones europeas han vuelto a mostrar al Reino Unido profundamente dividido en dos bandos con similar respaldo, pero radicalmente opuestos sobre el brexit. Los británicos se inclinaron por los partidos que mantienen una posición clara e inequívoca sobre Europa. Los que quieren marcharse, incluso sin acuerdo, votaron por el Partido del Brexit de Nigel Farage. Los que piden un segundo referéndum para permanecer en Europa eligieron a los liberales demócratas y otras formaciones proeuropeas, como el Partido Verde, que sin ambigüedad apoyan la nueva consulta.

Colectivamente, los partidos antibrexit han alcanzado en torno al 40% de votos, comparado con el 35% de los dos partidos que postulan por dejar la UE sin acuerdo. Los votantes dieron la espalda al acuerdo de Theresa May, o la alternativa para la salida que propone Jeremy Corbyn.

A CUALQUIER PRECIO / Frenar el ascenso de Nigel Farage es el objetivo más urgente ahora para los conservadores, diezmados y en crisis, después de la arrasadora victoria del Partido del Brexit. Farage se hizo con un tercio de los votos y la respuesta de los candidatos a la sucesión de May es la de concluir el brexit, con o sin acuerdo, el 31 de octubre.

«Si seguimos así nos van a despedir», advertía el aspirante Boris Johnson comentando una derrota que ha dejado a los tories con un 9% de votos y en quinta posición. «Tenemos y debemos cumplir», con el brexit. Nadie responsable puede eliminar la opción de una salida sin acuerdo», señaló el exministro de Exteriores.

El titular de Interior, Sajid Javid, quien anunció oficialmente su entrada en la lucha por el liderazgo, también dejó claro que «la primera y más importante tarea» es cumplir con el brexit. «Necesitamos restaurar la confianza y la unidad», añadió. La suya es la novena candidatura confirmada oficialmente hasta ahora para una elección a la sucesión de May que arrancará la segunda semana de junio.

La demostración de fuerza del Partido del Brexit aterra a los conservadores y hace temer que los aspirantes a suceder a Theresa May endurezcan más y más su posición sobre el brexit. Farage, eufórico, dejó claro que las europeas son solo el primer paso en el restreno de su nueva carrera política, cuya intención es conquistar Westminster.

La presión aumenta sobre Corbyn para que acepte un segundo referéndum y evitar así la posibilidad de una salida sin acuerdo. Terceros detrás de los liberal demócratas, habiendo perdido la mitad de sus eurodiputados, al tratar de complacer tanto a los simpatizantes en favor de dejar Europa como a los que deseaban la nueva consulta, ha sido un grave error de los laboristas.